Reparto de ‘La Peste’, una de las apuestas de Movistar Plus por la ficción

La televisión convencional rehúsa enrolarse en el fenómeno de las series

| 20 FEBRERO 2017 | ACTUALIZADO: 20 FEBRERO 2017 10:16

Hasta 2015 había una relación más o menos proporcional entre la esperanza de vida de una persona y la duración de todas las series de televisión. A tenor de la ubicuidad ganada por Netflix, HBO y Amazon Prime Video en los principales mercados, prácticamente de un año para otro, este equilibrio se ha roto y con las series pasa ya como con los libros: se han producido tal infinidad de capítulos y temporadas que haría falta más de una vida para poder verlos todos.

No deja de repetirse que 2016 fue el año de las series. Durante este ejercicio se lanzaron 455 producciones televisivas en todo el mundo, un 8% más que el año anterior y más del doble que hace cinco. Por si no fuera suficiente, se espera que la maquinaria de producción supere los 500 títulos a lo largo de 2017. Una saturación de ficciones que abre dentro de la industria un debate entre quienes lo reciben como el nuevo modelo de televisión y quienes ven una burbuja.

El auge de las series de televisión en los últimos años viene respaldado por una prolongación en la vida útil del catálogo, en parte por el visionado online y por las campañas promocionales; y el acortamiento en los plazos de distribución de contenidos locales, ya que el estreno de una ficción estadounidense se produce de forma casi simultánea en Europa. Este «pico televisivo», como lo definió en 2015 el presidente y director ejecutivo del canal norteamericano FX, John Landgraf, repercute en la televisión lineal o, lo que es lo mismo, la manera tradicional de consumir televisión. Según datos de Kantar Media el consumo real acumula cuatro años de caídas, la última de 5 minutos, que aunque leves dejan intuir un cambio de hábito.

Como es lógico, lo nuevo choca con lo tradicional y las compañías de televisión convencional se resisten a ceder un terreno que hasta hace unos años estaba reservado a unos pocos. Al mismo tiempo, la falta de audiencias digitales más precisas y «fiables» impide confirmar el verdadero seguimiento que tienen los contenidos en multipantallas. Todo ello permite a los operadores tradicionales mantener su prudencia con respecto al contenido de ficciones, mucho más caras que otros programas de parrilla como concursos o informativos.

«El fenómeno de las series está dando mucho de que hablar, pero luego, si preguntamos por una serie concreta, no la ve tanta gente».

Sin ir más lejos, el pasado viernes, durante la presentación del informe ‘Predicciones para los Sectores de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones’ elaborado por Deloitte, el vicepresidente ejecutivo de Atresmedia, Mauricio Carlotti, relativizó la incidencia que tienen las series que emiten los operadores de telefonía, ahora también en el negocio televisivo. «El fenómeno de las series está dando mucho de que hablar, pero luego, si preguntamos por una serie concreta, no la ve tanta gente».

Carlotti es una de las voces que subraya el pico que viven actualmente las series. Y apoyó su afirmación diciendo que la audiencia de ‘Juego de Tronos’ en Movistar apenas sobrepasa los 60.000 espectadores, cuando en abierto el suelo para una serie no baja del millón de espectadores. Una defensa de su modelo televisivo en la que reafirmaba la relevancia que mantiene dentro de la sociedad y que entronca con la del resto de actores convencionales.

Y es que sobre la punta de este iceberg ya se debatió en el Seminario de Televisión Multipantalla organizado por AEDEMO hace unas semanas en León. En varias ocasiones se aseguró que existen razones para «alarmarse» por los datos de contacto diario con el medio, principalmente entre los jóvenes, donde más de la mitad no encienden la pequeña pantalla, pero se rehusó plantear la necesidad de revisar los contenidos.

Movistar: 70 millones en series

De hecho, el fenómeno de las series se abordó transversalmente en alguna que otra ponencia, pero fue en la mesa redonda encargada de cerrar el evento donde se expuso con más claridad la postura de los actores convencionales. Mientras que Fernando Jeréz, director de Cero, valoraba la decisión de Movistar Plus de invertir 70 millones de euros en series propias en el plazo de un año como una estrategia acorde a los exigencias de las nuevas demandas, representantes de Atresmedia, Mediaset y Mediapro afirmaban no ver motivos suficientes para potenciar su apuesta por la ficción. Y no lo harán mientras no noten en sus cuentas de resultados un estímulo para producir más series, se precisaba. No en vano, el informe de Deloitte prevé un gastos de 20.000 millones de dólares para este año en la producción de contenidos propios.

Sea como fuere, en las conversaciones que rodean las ponencias se apuntalaba esta visión con el argumento de que la facturación global de Netflix o HBO sigue sin alcanzar a la de las grandes compañías de nuestro país. Aun cuando ambos viven de la ventas de sus programas, los primeros basan su negocio principal en la suscripción y los segundos en la publicidad.