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Las revistas siguen perdiendo terreno por el estancamiento de la publicidad y la caída de lectores

| 14 NOVIEMBRE 2016 | ACTUALIZADO: 30 NOVIEMBRE 2016 18:55

Ha transcurrido el tiempo suficiente como para comprobar que la crisis económica ha sido algo más que un mal endémico para el sector de la prensa escrita.

No solo porque en los últimos ocho años apenas haya habido lugar para el optimismo entre las empresas editoras de periódicos, suplementos y revistas, que de momento no han sabido aprovechar la mejora del mercado publicitario iniciada en 2015, sino porque su acoplo a la revolución digital ha terminado por desatar la tormenta perfecta.

En el caso de las revistas, al fuerte retroceso registrado en su actividad (como consecuencia de la caída de las ventas y de la publicidad) se suma las dificultades con las que han se encontrando a la hora de adaptar su negocio al entorno digital.

La pérdida de peso de las revistas es patente por varias razones: en primer lugar, se trata del medio convencional que más audiencia ha perdido en los últimos ocho años. Más incluso que los diarios impresos. Según el último informe de la Audiencia General de Medios (EGM), que comprende el periodo entre el mes de octubre de 2015 y el de mayo de 2016, las revistas han sido depositarias de la mayor emigración de lectores del papel a Internet, toda vez que su penetración en la sociedad ha pasado del 53,3% en 2008 al 36,1% actual. Pero, pese a ser el negocio que peor evolución ha registrado desde el advenimiento de la crisis, hoy por hoy su consumo supera al de diarios (27,4%) y suplementos (9,9%). Esta audiencia se ha trasladado a Internet, cuyo porcentaje de penetración ha crecido cuarenta puntos en el mismo periodo, del 29,9% al 69,9%.

Los datos anteriores evidencian por tanto la fuerte caída de lectores asumida por las revistas que, si bien en los albores de la crisis superaban los 27,150 millones, ahora rondan los 17,500, de acuerdo con la última ola del EGM. Este descenso ha sido, por ejemplo, más acusado en el caso de las publicaciones de carácter mensual (de 16,345 millones en 2009 a 9.566 en 2016) que en las semanales (de 9.630 a 6.507). En este sentido, las que mejor han aguantado el tipo son las revistas que se publican cada quince días, puesto que tan sólo han perdido una media de 398.000 lectores en estos ochos años (de un total de 1,177 millones a 779.000).

En tan sólo ocho años el número de lectores de revistas ha pasado de 27.150 a 17.500

A la pérdida de ventas de ejemplares se une la peculiar evolución de la inversión publicitaria en el sector de la prensa escrita, marcada por el hundimiento en los años más duros de la crisis y por el estancamiento en los dos últimos ejercicios. En 2008, las empresas editoras de revistas, tanto las generalistas como las especializadas, ingresaron 617,3 millones de euros a través de la publicidad, mientras que en Internet se facturaron 610 millones. Aquel año marcó el punto de inflexión para el sector de las revistas, puesto que desde entonces no ha vuelto a moverse en esos guarismos y ha visto como los anunciantes acudían a refugiarse en Internet.

Sirva como ejemplo que en 2015 la inversión de las revistas se redujo ostensiblemente hasta los 255 millones de euros, mientras que la de Internet alcanzaba los 1.249,8 millones de euros, según los datos proporcionados por Infoadex. Esta diferencia, la mayor entre ambos medios, se alcanzó precisamente en un ejercicio caracterizado por la reactivación de la publicidad, auspiciada por el aumento en el PIB y el refuerzo del consumo privado. De hecho, los diarios (0,4), dominicales (0,2%) y las revistas (0,4%) fueron los medios convencionales que menos pudieron aprovechar este repunte. Todo lo contrario a la televisión (+6,4%), la radio (+8,1%) o Exterior (+4%).

Todos estos factores sirven como caldo de cultivo de la delicada situación de las revistas, la cual discurre paralela a la de los diarios impresos. Por un lado, las bajadas ya casi crónicas de los ingresos por circulación y publicidad hacen del papel un lastre cada vez más pesado para este tipo de publicaciones. Hasta tal punto que la editora Axel Springer se ha visto obligada a reducir la frecuencia de su cabecera Auto Bild de semanal a quincenal y dejar de editar Women´s Fitness para intentar aliviar el peso del papel. De hecho, la estrategia de la compañía alemana pasa por potenciar la rama digital, con la que espera alcanzar la rentabilidad en España a partir de 2017 después de varios ejercicios cerrando en números rojos. Una apuesta que ya les está aportando réditos a nivel global.

En una tesitura similar se encontraría G+J, que cerró 2014 con unas pérdidas de 2,1 millones de euros. La incertidumbre que rodea al negocio ha llevado a que su propietario, el grupo de comunicación Berteslmann, haya puesto a la venta su división de revistas.

La decisión de querer desprenderse de publicaciones como Mia, Cosmopolitan, Marie Claire, Muy Interesante, Geo o Ser Padres, entre otras, se encuadra dentro del proceso de centrar su actividad en el ámbito digital. Eso sí, se ha asegurado a la plantilla que la operación no conllevará la pérdida de ningún empleo, pese haber llevado a cabo varios procesos de despidos en los últimos años.

Estos mismos procesos de reestructuración, consecuencia de varios ejercicios en pérdidas, terminaron provocando la disolución de la editora Globus Comunicación hace apenas unos meses. La crisis publicitaria llevó a esta empresa a reducir drásticamente su plantilla, de los 135 trabajadores en 2008 a los 38 en 2013, con lo que su situación financiera coleaba desde hacía algún tiempo.