Los directores de TV3 y Catalunya Ràdio denuncian una «campaña de desprestigio»

| 19 JUNIO 2019 | ACTUALIZADO: 20 JUNIO 2019 9:03

El proceso independentista lleva pasando factura a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) desde el primer momento. Bajo la opinión de los responsables de TV3 y Catalunya Ràdio, de forma injustificada y desproporcionada.

Los directores de la televisión y radio catalana, Vicent Sanchis y Saül Gordillo, denunciaron este martes una «campaña de desprestigio y criminizalización» derivada del procés. En este sentido, añadieron que los ataques contra los medios públicos que gestionan se han incrementado desde el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Lo cierto es que los acontecimientos de ese día marcaron un antes y un después en la historia reciente de TV3, puesto que desde entonces viene sufriendo una fuga de anunciantes que todavía no parece haber tocado a su fin. De hecho, el propio Sanchis ya aseguraba a principios de 2018 que la convocatoria del 1-O había dado pie a «campañas que dicen que nosotros somos una televisión golpista o que somos una televisión sesgada”.

El resto de la historia es de sobra conocida: la cadena catalana batía sus registros de audiencia de los últimos años al tiempo que veía caer su facturación publicitaria a mínimos históricos. Hasta el punto que la inversión de anunciantes llegó a caer un 33% en agosto del año pasado, descenso que no fue capaz de recuperar, pese a los intentos por reconciliarse con agencias y anunciantes, aunque cerró el 2018 con una cuota anual del 14% en la región, 2,2 puntos más que el año anterior.

Transcurrido más de un año y medio de estos hechos, Sanchis sostiene que los medios públicos de la Generalitat son acusados de ser «parciales» y de «menospreciar» a la mitad de la población catalana que no es independentista. Críticas que, además de rechazar, provocan que los periodistas trabajen con «cierto miedo», por lo que pidió a los partidos que hagan una crítica constructiva de su trabajo.

Por su parte, Gordillo aseguró que esta situación propicia «un caldo de cultivo adverso» contra la radio que dirige, además de un intento de «criminizalización» de todos los profesionales que trabajan en ella. Y, como su homónimo televisivo, recordó las consecuencias que ha tenido esta campaña en una bajada de publicidad que no se corresponde con la audiencia.