Los trabajadores de Unidad Editorial estallan contra los recortes y la «gestión nefasta»

| 18 DICIEMBRE 2017 | ACTUALIZADO: 19 DICIEMBRE 2017 9:37

Unidad Editorial lleva todo el 2017 inmerso en un duro proceso de ajustes operativos que, lejos de remitir, parece ir a más. Un fuerte ahorro de costes ordenado desde Italia que, si bien por un lado han llevado a la empresa a recortar 17 millones de euros en los nueve primeros meses del año, por otro ha agotado la paciencia de la plantilla.

El pasado jueves los representantes de los trabajadores mantuvieron una reunión con Stefania Bedogni, directora general de Unidad Editorial, y Nicola Speroni, director general de negocio, para conocer de primera mano la situación económica del grupo. Se les explicó que los ingresos por publicidad siguen menguando -a excepción del digital- al igual que la difusión.

Los responsables de llevar las riendas de la compañía también expusieron que, aunque el ahorro en costes ha permitido volver a la senda positivo en lo tocando a los beneficios operativos (EBITDA), la cifra lograda está por debajo del plan presupuestario trazado por el equipo financiero. Básicamente, porque la deuda del grupo es muy elevada y desde Italia instan a limarla lo antes posible.

En resumen, los comités y delegados de empresa salieron de la reunión con la misma información que manejaban antes de sentarse a dialogar. «Sobre el plan de futuro de la empresa para conseguir esos ingresos no han contado gran cosa. Hay que seguir trabajando en los negocios que dan dinero: ‘brandend content’ y data», exponen a sus compañeros en una nota antes de añadir que hasta ahora no han recibido ninguna propuesta de solución.

Los comités de empresa exigen que «se acabe ya de hacer soportar todo el peso de los problemas que tiene esta empresa en los trabajadores».

Eficiencia presupuestaria y organizativa. Según exponen desde el comité, la arquitectura de la compañía se edifica sobre este suelo, pero no hay puntales y amenazan con reducir todavía más la plantilla. En este sentido, se les ha transmitido que uno de los puntos a tratar es la reducción de gasto del personal externo.

Después tres ERES, la plantilla de Unidad Editorial ha quedado reducida a 1.275 personas. Sin embargo, esta cifra no alcanza para cubrir todos los servicios y negocios que ofrece la compañía, por que actualmente emplea a otros 600 trabajadores de forma externa. Es aquí donde se prevé seguir recortando.

Los distintos comités han respondido a la amenaza de nuevos recortes exigiendo que «se acabe ya de hacer soportar todo el peso de los problemas que tiene esta empresa en los trabajadores». «Llevamos muchos años oyendo diferentes discursos de que debemos seguir protegiendo el papel y desarrollar lo digital y lo que se ha hecho es empeorar la calidad de la información, dando bandazos en las direcciones de los productos y de la empresa. Alguien tiene que ser responsable de esta gestión nefasta que ha hecho que sigamos en esta situación».

Renegociación del alquiler

Por otro lado, se les comentó que recientemente se ha renegociado el precio de alquiler de su actual sede, ubicada en la madrileña Avenida de San Luis. Tras el intento frustrado de compartir el edificio con otro inquilino -se quedaron a las puertas de cerrar un acuerdo con Barceló-, los responsables han logrado una rebaja para el próximo año.

No en vano, la intención es volver a intentar realquilar en los próximos meses parte del edificio al que no se le da uso. De no conseguirlo, tocaría renegociar un nuevo alquiler y, en caso de que no hubiera acuerdo, se buscaría otra sede.