Unidad Editorial

Unidad Editorial prorroga todos sus convenios hasta final de año por el coronavirus

| 13 AGOSTO 2020 | ACTUALIZADO: 17 AGOSTO 2020 9:39

A estas alturas resulta más que evidente la fuerte sacudida provocada por la pandemia en el tejido empresarial. Sobre todo en el transcurso de su actividad ordinaria, que se ha visto trastocada, cuando no directamente paralizada, afectando de lleno a todo el esquema organizativo.

Sin capacidad para anticipar los plazos de recuperación económicos, las empresas están centrando sus recursos en amortiguar la caída de ingresos y salvar sus estructuras, dejando para más adelante los asuntos menos prioritarios. Así ha ocurrido en Unidad Editorial, donde la situación ha llevado a prorrogar los convenios colectivos de las distintas empresas que integran el grupo de comunicación.

A comienzos del año pasado la empresa denunció la situación del fin de la prórroga del convenio vigente hasta ahora, que caducó en diciembre de ese año. Los rectores de Unidad Editorial atendieron acordaron con la parte social activar un periodo de ultraactividad que finalizó al término de 2019. Transcurrido ese plazo, ambas partes suscribieron recientemente aplicar una nueva ultraactividad porupor periodo de seis meses, hasta finales del 2020.

La prórroga se firmó el pasado mes de junio y es extensible al marco de relaciones laborales de El Mundo, Expansión, Marca y el resto de divisiones. Y es que aunque la actual reforma laboral, impulsada por el Partido Popular a finales de 2011, estipula que los convenios colectivos pueden estar un año en periodo de ultraactividad, por las circunstancias actuales no ha sido posible abordar la elaboración de un nuevo marco satisfactorio para todas las partes.

En este sentido, las fuentes sindicales consultadas exponen que en la actual situación dificulta bastante cualquier posibilidad de negociación. Será a partir de ese momento cuando los distintos comités empiecen a preparar su plataforma de propuestas, que a buen seguro estará influida por el reciente Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) justificado por el impacto del coronavirus en sus cuentas.

En la negociación de este ajuste temporal, que afectaba a todas las empresas del grupo por un periodo de cuatro meses, desde mayo hasta agosto, la parte social exigió garantías a la empresa para que no se produzcan despidos una vez concluya el ERTE, propuesta  a la que esta última no pudo  corresponder ante la falta de perspectiva.