Julio Ariza se hace eco del grave problema de la alimentación de los niños en EE.UU.
Durante su intervención en el programa Dando Caña de El Toro TV, Julio Ariza se hizo eco de un estudio realizado en EE.UU. por Robert F. Kennedy, candidato independiente a las elecciones de su país y sobrino del expresidente John F. Kennedy. En él, se establece una correlación entre los problemas de salud de los niños y jóvenes estadounidenses y su alimentación. Entre los problemas destacados se encuentran la prediabetes y la diabetes, condiciones atribuidas a la baja regulación de productos azucarados, los cuales se venden sin control y tienen efectos nocivos a largo plazo en la sociedad estadounidense.
Según trasladó el comunicador, este problema no se debe únicamente a una deficiente educación en temas de alimentación, sino que también es producto de la influencia de los grandes productores alimentarios estatales y las empresas farmacéuticas, cuyos intereses están alineados. En su opinión, estas industrias manejan los hábitos de consumo de la población estadounidense, y desde la perspectiva empresarial de las farmacéuticas, una persona con una mala alimentación se convierte en un cliente de por vida.
Julio Ariza también explicó que los debates que generan un gran revuelo mediático en EE.UU. son muy improbables en España. Como ejemplo, mencionó que en los estudios de fertilidad realizados en España, en los que se ha observado una disminución del 50% en el número de espermatozoides en los últimos 20 años, lo que reduce en igual medida las posibilidades de embarazo en las mujeres.
Subrayó que la Unión Europea tiene regulaciones estrictas en cuanto al uso de pesticidas en la producción de alimentos en su propio territorio, regulaciones que no existen en zonas como Marruecos, Argelia y el norte de África. Además, dado que esos productos son más baratos, debido a las escasas medidas sanitarias, «los países europeos los importan sin ningún tipo de control».
Julio Ariza concluyó con una advertencia sobre el futuro: «En Estados Unidos están utilizando pesticidas que no están permitidos en la Unión Europea, pero sí en Marruecos, de donde importamos frutas y verduras». Por este motivo, «si las barreras de entrada de la Unión Europea para productos alimentarios continúan siendo tan endebles, este problema podría afectarnos en un futuro no muy lejano».