La gestión de la comunicación, clave en la declaración de un ERTE

| 20 MARZO 2020 | ACTUALIZADO: 23 MARZO 2020 9:49

El estado de alarma decretado por el Gobierno con motivo del coronavirus también ha traído consigo una gran cantidad de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ejecutados por parte de numerosas empresas. El objetivo de las compañías es minimizar los daños económicos y evitar el contagio del virus entre sus empleados.

Desde que el Ejecutivo de Pedro Sánchez tomó esta decisión, muchos negocios han tenido que cerrar, con la excepción de servicios de primera necesidad como farmacias o tiendas de alimentación. El COVID-19 afecta a todos los sectores, y muchas compañías han decidido prescindir temporalmente de sus trabajadores (o una parte de ellos) para no tener que asumir su salario, y así, volver a contratarlos más tarde.

En este proceso, uno de los aspectos más importantes que deben gestionar las compañías es la comunicación, tanto externa como interna.

Según el director de Comunicación Financiera y Crisis de la consultora especializada Roman, Jordi Sacristán, “la clave en la comunicación de un ERTE por fuerza mayor a los empleados es la transparencia informativa. Los trabajadores deben tener conocimiento del impacto que esta crisis sanitaria está teniendo en su empresa y deben ser ellos los que se den cuenta de que la medida es esencial para superarla. En este sentido, es aconsejable que la dirección de la empresa también realice algún sacrificio acorde con el resto de la plantilla”.

Desde Kreab, Pablo Zamorano, partner de Comunicación Corporativa de la entidad, señala que «la comunicación interna a los empleados, tanto a los afectados por los ERTEs como los no afectados, es prioritaria y debe manejarse de forma específica pensando en el regreso del colectivo a sus puestos de trabajo. La forma en la que actúen ahora las compañías determinará en gran medida la percepción de la marca y su reputación«, añade.

En esa línea, Sacristán sostiene que “en las grandes empresas hay que ser conscientes de que cualquier comunicación interna tendrá rápidamente un efecto sobre la reputación externa de la compañía, por lo que es muy importante trabajar esos comunicados desde el punto de vista de comunicación externa”.

En este caso, el ERTE por fuerza mayor tiene una tramitación más rápida, ya que la empresa no necesita consultar a los representantes legales de los trabajadores, solo comunicárselo, y además la autoridad laboral tiene cinco días para contestar positivamente o negativamente. Por otra parte, si es por causas de fuerza mayor, el empresario queda exonerado de pagar las cotizaciones a la Seguridad Social.

Respecto a la reputación de la empresa, Zamorano cuenta que «todos sabemos de la excepcionalidad de la situación y, por tanto, podemos llegar a entender el por qué se toma una medida como un ERTE en una empresa. Pero a pesar de ello, es importante que se trabaje la comunicación de este tipo de situaciones de una manera coherente y coordinada, adaptada a todos los stakeholders. Tomar la iniciativa y liderar la comunicación es clave para las marcas y la reputación de las compañías. La situación que estamos viviendo tiene un alto competente emocional. Las compañías que descuiden la comunicación con sus propios empleados, especialmente los colectivos afectados por un ERTE, podrán tener problemas a corto plazo en su posicionamiento y a medio plazo en el rendimiento de sus equipos».

El directivo de Roman también cree que “es muy importante comunicar que el ERTE se realiza para preservar todos los puestos de trabajo de la compañía, ya que una vez se supere la situación, todos y cada uno de los empleados será muy importante para volver a la senda del crecimiento. El talento es la fuerza de las empresas y el talento reside en los trabajadores.”

Por otra parte, Zamorano opina que «es muy importante cómo se comunica y traslada los motivos del ERTE a las autoridades/instituciones. Estos días hemos visto alguna noticia sobre el rechazo de algún ERTE al no justificarse adecuadamente la medida, el número de empleados o determinadas condiciones. Es relevante transmitir que es una medida excepcional pero debidamente analizada y justificada, y que no que se utiliza la situación para su aplicación».

«Cercanía de la marca«

El directivo de Kreab remarca que «en todo este proceso los clientes deben percibir la cercanía de la marca. Es verdad que no es lo mismo una empresa dirigida al consumidor final (B2C) que a otras empresas (B2B), pero en todo caso debe existir un plan de acción y comunicación específico que tenga en cuenta todos los canales, especialmente los digitales».

Por su parte, los trabajadores tienen derecho a prestación por desempleo, aunque en el caso del ERTE por causa de fuerza mayor ese derecho comenzaría desde el día de la solicitud. En cuanto al dinero que recibirán, dependerá de sus circunstancias familiares y de su base reguladora, pero normalmente está alrededor de unos 1.100 euros mensuales.

En palabras de Pedro Sánchez este pasado martes, el objetivo del decreto para paliar el impacto económico del coronavirus es “no dejar a nadie atrás” y añadió que la población española debe ser consciente “de que este frenazo en seco de la economía española es temporal, y que, por tanto, posteriormente tendremos que hacer frente a una reconstrucción y una recuperación económica y social de nuestro país”.

El Gobierno calcula que el coste de todas estas medidas laborales será de unos 5.000 millones de euros por cada mes de duración.

En cuanto a las medidas que se deben tomar cuando se vuelva a la normalidad, desde Kreab apuntan que «tenemos que distinguir entre el ámbito interno de recuperación de las plantillas y el externo de cara a los mercados, clientes, consumidores y proveedores».

«En la parte interna es clave el reconocer y agradecer el esfuerzo así como la colaboración de los equipos. Aceptar el nuevo contexto y construir un relato para una nueva realidad. Apelar a la participación de las personas, comunicar en positivo los pequeños logros e impulsar y afianzar el liderazgo».

En este sentido, desde Estudio de Comunicación también resaltan la importancia de que, después de una crisis, «la compañía tendrá que redefinir la propuesta de valor de la empresa y poner en marcha programas de reconstrucción o recuperación de clima, normalizando los procesos de comunicación y poniendo en marcha nuevas líneas de actuación».

Asimismo, en Kreab consideran que «en la parte externa, será preciso trabajar un nuevo relato que traslade la estrategia para afrontar los desafíos posicionando al frente a los líderes de la organización. Necesitaremos recuperar la confianza de los mercados, estimular el circuito económico, comunicando soluciones diferenciales en este cambio de paradigma».