Luis Miguel Peña LLYCLuis Miguel Peña.

LLYC estrena oficina en Bruselas: «Es la primera piedra para seguir creciendo en Europa»

| 20 MARZO 2024 | ACTUALIZADO: 21 MARZO 2024 8:41

LLYC estrena hoy su nueva oficina en Bruselas. Hasta el momento, la firma de comunicación y marketing prestaba servicios en la capital europea, pero lo hacía desde España, con viajes frecuentes hasta allí. Ahora se establece con un equipo permanente, que estará liderado por Ángel Álvarez Alberdi, con una experiencia de más de 15 años sobre el terreno.

Será la cuarta sede de LLYC en Europa, que se une a Madrid, Barcelona y Lisboa; aunque la idea es seguir ampliando su presencia en el continente, tal y como establece su Plan Estratégico 2023-25.

Pese a que los asuntos públicos tendrán un gran peso en la nueva oficina de Bruselas por albergar la mayoría de las instituciones europeas, LLYC prestará allí su amplio abanico de servicios, que engloba desde los asuntos corporativos hasta el marketing.

Para celebrar esta apertura, LLYC ha organizado esta tarde un acto de inauguración en Bruselas ante un centenar de invitados. Está previsto que tomen la palabra Carme Artigas (Co-Chair AI Advisory Body en Naciones Unidas), Jaime Duch (dircom del Parlamento Europeo) y Marcos Alonso (Embajador Representante Permanente de España ante la UE). También participarán los directivos de la consultora Paloma Baena (directora Senior de European Affairs), Pablo García-Berdoy (líder de Public Affairs en Europa), Ángel Álvarez Alberdi (director de la oficina de Bruselas) y Luis Miguel Peña (CEO de Europa), con el que hemos conversado en DIRCOMFIDENCIAL.

 

¿Por qué habéis elegido este momento para abrir en Bruselas?

Abrir una oficina física es diferente a abrir el negocio. Nosotros el negocio de trabajar en Bruselas lo llevamos haciendo años. Pero ha crecido de forma muy intensa durante los últimos tres años. Desde entonces, la legislación europea se ha hecho mucho más evidente por su impacto en los clientes españoles y portugueses, que eran hasta ahora principalmente los nuestros. Y las empresas han sido conscientes de cuánto trabajo hay que hacer aquí (por Bruselas), además de los tres niveles de la Administración que se hace en España: nacional, autonómico y municipal.

Por tanto, abrir en Bruselas responde a las necesidades de los clientes. Nosotros no abrimos para ver qué tal va.

¿Ha tenido algo que ver que próximamente sean las Elecciones Europeas?

No. Aunque, lógicamente, cuando pasen las Elecciones va a haber mucha tarea de relacionamiento con los nuevos parlamentarios. También es verdad que hay un creciente interés en la parte de inteligencia relacionada con esas Elecciones. Los clientes quieren saber cómo va a afectar una determinada composición del Parlamento europeo a los procesos regulatorios que están en marcha.

Como digo, en nuestro caso, Bruselas ya era un negocio creciente desde hace años. Sobre todo, con el empujón de los Fondos NextGen. Hace casi un año incorporamos a Pablo García-Berdoy y antes lo hizo Paloma Baena y mucha gente detrás trabajando en temas europeos.

«Abrir una oficina física es diferente a abrir el negocio. Nosotros el negocio de trabajar en Bruselas lo llevamos haciendo años».

¿Qué estructura vais a tener allí?

Cuando un cliente nos encarga un proyecto de inteligencia o influencia -o ambas cosas- en Europa, se lleva desde la casa. Nuestro enfoque diferencial es que todo se basa en datos y en tecnología. Todos nuestros proyectos comienzan con un diagnóstico en el que hay metidos varios ingenieros de nuestro equipo de análisis de datos y puede haber gente de asuntos públicos o de comunicación corporativa. En el despliegue del proyecto pueden, por ejemplo, intervenir tres creativos porque hay que hacer una campaña. En definitiva, el equipo no se determina por cuánta gente hay sentada en Bruselas.

Además, nosotros tenemos a diversos expertos sectoriales. Hace unos días presentamos nuestra Oficina Alimentaria, con Fernando Moraleda al frente. Si tenemos un proyecto que tiene que ver con la regulación europea del sector, él va a estar involucrado, sin ser una persona ubicada en Bruselas.

Bruselas es la capital del lobby en Europa, pero ¿vais ofrecer más servicios al margen de asuntos públicos en la nueva oficina?

En Europa, el 50% de los servicios que prestamos son de marketing. Nosotros huimos de los silos. Aunque, lógicamente, al ser Bruselas, el liderazgo de la oficina -Ángel Álvarez Alberdi- es de alguien que conoce muy bien la Administración europea.

Ya hay algunas consultoras de comunicación españolas con presencia en Bruselas ¿Qué os va a diferenciar?

La diferencia fundamental con la competencia es lo que decía antes: nosotros tenemos siempre un enfoque de proyecto multidisciplinar. Aunque el objetivo sea determinar un asunto en Bruselas, el trabajo es de muchas personas que pueden no haber pisado Bruselas.

No obstante, los competidores que nos encontramos en Bruselas no son solo las compañías españolas. Un cliente español puede contratar a una firma que solo esté en Bruselas. Aunque es verdad que tiene ventajas contar con alguien que conozca el mercado español, como es nuestro caso. Nosotros juntamos lo mejor de los dos mundos: tenemos los mejores expertos en Bruselas y los mejores en España.

Equipo directivo de LLYC Bruselas.

¿A qué cliente se dirigen? ¿Solo españoles o portugueses?

Una vez que estamos aquí, se abren nuevas posibilidades. Aunque también es cierto que ya teníamos algunos clientes internacionales. Ahora va a ser más normal que compañías que estén en Bruselas nos busquen y que antes no lo hacían.

No puedo hablar de clientes concretos por acuerdos de confidencialidad, pero sí puedo decir que hay sectores muy vivos en Bruselas, como es el de energía, defensa, movilidad o salud.

¿Qué expectativas tenéis con vuestra apertura en Bruselas?

En nuestra actividad de Europa en global -y de Asuntos Europeos en particular- este es un salto cuantitativamente importante. Pasamos de tener tres oficinas (Madrid, Barcelona y Lisboa) a una más.

Además, nuestro Plan Estratégico, además de en Estados Unidos, contempla crecimiento en Europa. Bruselas es la primera piedra. Pero no descartamos crecimiento inorgánico en el resto del continente. Los mercados que más nos interesan son los de habla anglosajona por coherencia con nuestra presencia en Estados Unidos.