Virginia Collera, editora de LinkedIn Noticias España.

Virginia Collera: Infodemia, otro ‘efecto secundario’ del COVID-19

| 29 MAYO 2020

La irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas a principios de este año ha marcado un antes y un después en la forma en que vivimos, nos relacionamos y trabajamos. Se han creado patrones de consumo y de comportamiento casi idénticos en cualquier país occidental del globo como consecuencia del confinamiento que han impuesto los
distintos gobiernos. Es uno de los efectos de la globalización: las tendencias traspasan fronteras y tienen el potencial de extenderse como la pólvora por todo el mundo en cuestión de segundos.

El consumo de información no ha sido inmune. Según los datos publicados por ComScore, la búsqueda y lectura de noticias se ha disparado en los hogares de prácticamente todos los países durante el confinamiento. En España, esta categoría creció un 59% y el pico de consumo, tal y como muestra el citado informe, se produjo la primera semana tras la declaración del Estado de Alarma. En países de nuestro entorno, el interés por este tipo de contenidos también aumentó. Por ejemplo, en Italia, experimentó un incremento del 68% y un 58%, en Alemania y Reino Unido. A estas cifras, hay que añadirle, además, la audiencia de los informativos que, en España durante el confinamiento, ha crecido, en términos generales, cinco puntos porcentuales hasta el 55,9%.

Pero no sólo se ha incrementado el consumo de información también se ha modificado cómo la consumimos. En este sentido, el estudio Cuaderno de Bitácora: Semana 4 de Confinamiento (S4C) de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) revela que, ahora, un 35% de lectores españoles de prensa digital lee,
además de sus periódicos digitales habituales, otras cabeceras y que el 10,9% de los oyentes de radio digital escucha también otras emisoras.

Es evidente que, en un momento excepcional y repleto de incertidumbre como el actual, la información es un arma fundamental para combatir la avalancha de desinformación que ha provocado la pandemia.

No es oro todo lo que reluce

El acceso a la información y la cantidad de datos relacionados con la COVID-19 es una constante en esta pandemia frente a la que pudieran vivir nuestros antecesores. De hecho, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se señalaba en febrero que esta pandemia iba a venir acompañada de una infodemia, es decir, de una sobreabundancia de información, y que si no se evitaban las noticias y los datos falsos, éstos podrían contagiar el pánico y la confusión entre la población. Para muestra un botón: el director de desarrollo y análisis del Instituto de Salud Global manifestaba que, durante esta pandemia, se han detectado más de un centenar de bulos en Facebook que han impactado en más de 200 millones de personas.

Ante esta situación ya son muchos españoles, el 87% según el mencionado estudio de la AIMC, los que afirman que tienen los medios convencionales como su principal fuente para informarse frente a las redes sociales. Y es que, diferenciar lo que es verdad o bulo, no es tarea fácil: seis de cada diez españoles afirman que saben hacerlo, pero las cifras muestran una realidad distinta. Sólo es capaz el 14%.

En un sector como el sanitario, donde los bulos sobre los temas relacionados con patologías, síntomas y tratamientos representan ya, según los profesionales sanitarios, el 76% de toda la información sobre esta temática publicada en la Red, las consecuencias de dejarse llevar por estas noticias falsas pueden ser tan peligrosas como el abandono de tratamientos convencionales o la pérdida de credibilidad del profesional sanitario como fuente de información.

La mejor vacuna contra la infodemia, la fiabilidad de la fuente

Es cierto que ‘colar’ informaciones falsas sobre salud es especialmente sencillo, pues se trata de un área de la que la mayoría de los ciudadanos carece de conocimiento y, además, es un tema que a todos nos preocupa. Esto genera el perfecto caldo cultivo para que la mentira brote y se contagie rápidamente.

La mejor vacuna para luchar contra la infodemia es, además de poner en cuarentena cualquier información que nos llegue por sistemas de mensajería instantánea o redes sociales, recurrir a fuentes oficiales, instituciones sanitarias o sociedades científicas, que cuenten con la colaboración de profesionales sanitarios con experiencia
demostrada.

Con esta premisa y dentro de las distintas iniciativas que hemos puesto en marcha desde LinkedIn Noticias para combatir la desinformación y proporcionar al ciudadano información veraz, en LinkedIn hemos creado una lista (Top Voices Edición Especial Salud), en la que reunimos a diez expertos españoles relacionados con la industria
sanitaria, muchos de los cuales están trabajando en primera línea como médicos, farmacéuticos, enfermeros, o divulgadores científicos, que están compartiendo sus experiencias y ofrecen información fiable sobre la COVID-19 en nuestra plataforma. Con esta iniciativa, facilitamos a las personas las actualizaciones y las conversaciones
más relevantes sobre la lucha contra el virus, y el sector de la salud en general.

Hace escasamente un mes la Organización de Naciones Unidas (ONU) señalaba, a raíz de la pandemia de la COVID-19, que “la salud humana depende no solo de una atención médica fácilmente accesible. También depende del acceso a información precisa sobre la naturaleza de las amenazas y los medios para protegerse a uno mismo…” y reclamaba a los Gobiernos y a las empresas de Internet que abordasen la desinformación para evitar problemas de salud y situaciones de pánico.

En esta tesitura, LinkedIn, la red que agrupa a los profesionales más influyentes, líderes de opinión y responsables de toma de decisiones de todo el mundo, y principal canal para distribuir contenido con 3 millones de usuarios creando unos 9.000 millones de las impresiones mensuales, asumimos esta responsabilidad lanzando Top Voices
Edición Especial Salud.