Almudena AlonsoAlmudena Alonso.

Almudena Alonso: Por qué la formación en soft skills salvará tu trabajo y a tu empresa

| 14 MAYO 2025 | ACTUALIZADO: 15 MAYO 2025 8:39

Hoy en día prevalece el modelo de aprendizaje por competencias que entiende que existen diferentes habilidades profesionales, que pueden agruparse en tres saberes:

  • El saber: los conocimientos técnicos que adquirimos a lo largo de nuestra vida.
  • El saber hacer: la capacidad de aplicar esos conocimientos en la práctica, lo que se desarrolla con la experiencia laboral.
  • El saber ser: el conjunto de habilidades interpersonales, actitudes y valores que determinan cómo nos relacionamos y afrontamos los retos en el trabajo.

 

El último grupo son las denominadas soft skills, que han sido tradicionalmente subestimadas y cuyo desarrollo ayuda a establecer relaciones efectivas y a la resolución de problemas.

Pues bien, en un mundo laboral donde la tecnología cada vez más automatiza tareas y la información está al alcance de todos, lo que realmente marca la diferencia es el saber ser y son las habilidades que van a permitir a un directivo brillar, aumentando su influencia, impacto y reconocimiento interno y externo. Y, por tanto, son las que harán a la empresa despuntar.

«Hoy, lo que distingue a los buenos líderes no es cuántas respuestas tienen, sino cómo gestionan la incertidumbre, conectan con las personas y reflejan valores consistentes».

Además, ese tipo de habilidades emocionales, sociales y éticas que permiten a una persona relacionarse de manera efectiva con los demás y gestionar sus emociones, se pueden aprender. Nos referimos a algunas como el pensamiento crítico y capacidad analítica (imprescindible ante el avance imparable de la IA), la adaptabilidad o el trabajo en equipo.

Pero quiero fijarme en 5 tipos de competencias o habilidades “soft” que pueden entrenarse con relativa facilidad y, sin embargo, pocas empresas incluyen en sus planes de formación a directivos:

Comunicación

Desarrollar una comunicación persuasiva y motivadora permite conectar de manera más efectiva y mejorar la colaboración del equipo y la relación con todos los grupos de interés.

Todo directivo debería recibir una formación de comunicación (incluso si no es portavoz oficial de la marca ante los medios) y de cómo hablar en público para representar de forma adecuada y consistente los valores de la compañía.

Existen programas formativos que ayudan a identificar y potenciar las capacidades innatas de cada directivo, explorar nuevas habilidades de comunicación (verbales y no verbales), asegurar que conocen y transmiten los mensajes clave de la empresa, mejorar la puesta en escena y la creación de contenidos ganando en confianza y controlando el nerviosismo.

Liderazgo y marca personal

Según un informe de Fresh People de finales de 2024, un 60% de los directivos no se siente preparado para liderar. A esto se le suma que los managers afirman que sus empresas carecen de un programa formal de desarrollo de liderazgo.

Es relativamente sencillo poner en marcha programas dirigidos a managers y directivos que trabajen el autoconocimiento como base del autoliderazgo y la gestión estratégica de una marca personal sólida, capaz de posicionar al directivo como referente en su ámbito, aumentando la credibilidad tanto de su equipo como de la marca.

Consiste en ayudar a reflexionar sobre el propósito personal (vinculado al corporativo) y a estimular un liderazgo para construir un plan de marca que conecta con el rol como líder y con los valores de la compañía.

Gestión de crisis y en entornos bajo presión

Hablamos mucho del entorno VUCA, pero preparamos poco a los directivos para vivir sus efectos. Cualquier empresa está expuesta a sufrir una crisis y toda crisis afecta a su reputación.

Organizaciones preparadas para gestionar crisis, especialmente desde la perspectiva de las relaciones con los diferentes grupos de interés, se recuperan tres veces más rápido, con menor riesgo financiero y coste humano que las que no están preparadas.

Por eso, además de contar con protocolos de crisis, es fundamental entrenar la capacidad de reacción, la toma de decisiones y la relación con los distintos públicos.

Huella digital del directivo

Se están dedicando muchos esfuerzos a formar en tecnologías como la IA y su impacto en el negocio, lo que es estupendo, pero se olvida aspectos básicos como la huella digital del directivo y cómo puede optimizar su influencia con un manejo efectivo de sus perfiles en redes sociales.

Las empresas cuidan muchos los perfiles de la marca y no dedican el suficiente tiempo a los de los directivos que la representan y que son realmente sus mejores (o peores) embajadores.

Hay que trabajar en crear el perfil del directivo atractivo y optimizado, desarrollar estrategias para interactuar y construir una red de contactos en LinkedIn e impulsar su marca personal a la vez que la corporativa.

Gestión responsable y sostenibilidad

No nos referimos a cursos de buen gobierno ni anticorrupción, sino a que los directivos tengan un entendimiento transversal de los retos ambientales, sociales y de gobernanza de las compañías.

Lejos de disminuir, la exigencia de aspectos ESG van en aumento en Europa (pese a ataques o retrocesos en USA). La gestión basada en criterios de sostenibilidad es imprescindible para operar en el mercado y puede ser un eje de competitividad, más allá de entender, por supuesto, los requisitos legales y de compliance.

Hoy, lo que distingue a los buenos líderes no es cuántas respuestas tienen, sino cómo gestionan la incertidumbre, conectan con las personas y reflejan valores consistentes. Y eso, solo se aprende cultivando el saber ser.

Almudena Alonso es la directora de Desarrollo de Negocio, Innovación y Sostenibilidad de Quum.