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Arranca el juicio que decidirá si Meta debe vender Instagram y WhatsApp

| 14 ABRIL 2025 | ACTUALIZADO: 15 ABRIL 2025 11:56

El 14 de abril es una nueva fecha clave en la historia de las causas antimonopolio en EEUU.

Es el día en el que comienza el juicio en el que la Comisión Federal de Comercio (FTC) intentará probar que las adquisiciones de Instagram y WhatsApp por parte de Meta derivaron de errores de supervisión regulatoria, y por tanto hay que forzar esas ventas para restaurar competencia.

Se trata de la mayor amenaza legal para el gigante tecnológico en sus 21 años de historia en la medida en que está en juego una parte significativa de su lucrativo negocio publicitario.

De hecho, lo previsto por eMarketer es que en el año en curso Instagram genere el 50% de los ingresos publicitarios de Meta en EEUU y, en general, el negocio comercial de Meta está potenciado por la ubicuidad de su recogida de datos.

Ese contexto ayuda a explicar que su consejero delegado, Mark Zuckerberg, haya ido haciendo acercamientos hacia Donald Trump, especialmente en lo referido a la retirada de verificadores independientes de contenidos en EEUU y cambios en la moderación reclamados por los republicanos.

La demanda que desemboca en este juicio fue presentada en 2020, precisamente en el primer ciclo del actual presidente.

Lo relevante de este caso es que se basa en una retrospectiva sobre los controles antimonopolio de la década pasada.

La entonces llamada Facebook compró Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014 sin mayor objeción de los organismos que velan por la competencia en EEUU, pero años después ambas operaciones se han revelado cruciales para que la actual Meta mantenga una posición tan fuerte.

El gigante de la web social afronta su mayor amenaza legal en 21 años en pleno acercamiento al presidente Donald Trump para evitarla.

La cuestión que tendrá que dirimir el juez es si cree que ambas aplicaciones se hubieran convertido en competidores importantes de la demandada si sus compras hubieran sido bloqueadas, especialmente en el caso de Instagram.

Y en ese ejercicio especulativo se incluye el impacto en los anunciantes, con un posible coste menor para sus campañas en un escenario de mayor competencia, en los usuarios o incluso también en los editores.

Por ello, lo previsible es que FTC tenga más dificultades para elaborar una carga probatoria en este caso. Sobre todo, ante el argumento de Meta de que ambos servicios se han convertido en lo que son gracias a la inversión millonaria que ha hecho en ellos y en el efecto red que les ha proporcionado a partir de Facebook.

Al margen de eso, la cuestión que planea sobre el caso es hasta qué punto la administración Trump puede intervenir en un proceso judicial liderado por una agencia que sobre el papel opera de manera independiente.

El actual presidente de FTC es Andrew Ferguson, que sin ir más lejos hace pocos días señaló en un evento reciente en Washington que estaría dispuesto a «obedecer órdenes legales» del presidente si se le pidiera retirar el caso.