Facebook rechaza la ayuda de editores en la lucha contra la desinformación

| 25 MAYO 2018 | ACTUALIZADO: 28 MAYO 2018 9:18

Facebook ha aprovechado las últimas polémicas surgidas en torno a su gestión para convertirse en el campeón de las causas más apremiantes. Aunque ello incluya dejar a los medios de comunicación al margen de la lucha contra la desinformación.

La compañía fundada y comandada por Zuckerberg dejó claro hace tiempo su compromiso a la hora de establecer una división entre noticias informativas y contenidos de entretenimiento. Un objetivo que, a priori, casaba perfectamente con la iniciativa planteada por The News Media Aliance pero a la que Facebook no ha dado ninguna validez.

El plan trazado por la asociación que engloba a medios como The New York Times o The Washington Post contemplaba eximir a ciertas organizaciones de noticias de la obligación de tener que etiquetar los anuncios cuyos contenidos fueran de naturaleza política. En concreto, se trataba de crear una lista de organizaciones que, al ser consideradas veraces, no tendrían que cumplir con el requisito de Facebook.

Se trata de una propuesta que implicaría crear una lista de organizaciones de medios que se consideran veraces y por ello estarían exentos del requisito que impone Facebook.

Formalizaron su propuesta a través de un correo electrónico a Facebook.  La respuesta de la tecnológica fue que ya estaban negociando directamente con los medios. “Estamos trabajando directamente con las firmas editoras y hemos tenido numerosas conversaciones con ellas sobre cuál sería el mejor enfoque”, expuso la red social según el correo revelado por Bloomberg. “Todos coincidimos en que es importante tener más transparencia, de modo que cualquier solución debe cumplir con estas metas. Pronto daremos a conocer nuestros planes”, añadió la plataforma.

Los editores ven en esta respuesta el empeño de Facebook en avanzar en sus planes de catalogar la publicidad electoral como política. Y si bien es cierto que esto le permitiría meter a todas las noticias y editores en el mismo saco, lo haría sin hacer distinción entre medios reales y ficticios. Dicho de otro modo, se oponen a que toda la responsabilidad recaiga sobre la plataforma.

La polémica medida fue anunciada el año pasado con el fin de dar a conocer públicamente los medios que pagaban por mejorar la visibilidad de los artículos relacionados con política. Básicamente, debían incluir una etiqueta que indicara «pagado por».

“Su plan de agrupar a las firmas editoras de calidad con la promoción política, algo que el archivo publicitario hará, desdibuja de modo peligroso los límites entre el verdadero periodismo y la propaganda. Ese tratamiento de las noticias de calidad como políticas, aun en el contexto del marketing, es profundamente problemático”, ha criticado David Chavern, presidente de la News Media Alliance.