El magnate Křetínský vende sus acciones en Le Monde y opta a hacerse con The Telegraph
El magnate checo de la energía Daniel Křetínský ha cerrado su etapa en Le Monde con la venta de sus acciones a NJJ Presse, del multimillonario francés y también accionista Xavier Niel. Según avanza Financial Times, la operación se habría cerrado por unos 50 millones de euros, cantidad que Křetínský podría reinvertir en el sector si finalmente saliera vencedor en la puja por la editora de The Telegraph y The Spectator. El accionista saliente había entrado en 2018 en la propiedad del diario progresista, el más creíble para los ciudadanos de Francia según encuestas recientes del Instituto Reuters.
En el comunicado en el que NJJ Presse anuncia la operación se aclara que, una vez cerrada la compra, esas acciones serán inmediatamente transferidas al Fondo para la Independencia de la Prensa creada por Niel con el objetivo de consolidar la autonomía del periódico como parte de una fundación. El multimillonario había adquirido en 2021 el compromiso de depositar una mayoría de acciones en una organización de ese tipo para preservar la independencia del diario y evitar la posibilidad de que terceros lo compraran.
Hasta este acuerdo, aproximadamente tres cuartas partes de la propiedad se repartían entre Niel, Křetínský, la sociedad patrimonial del fallecido empresario Pierre Bergé y el grupo Prisa. El 25% restante está en manos de Polo de Independencia, un vehículo creado para agrupar acciones de empleados y lectores. Le Monde, fundado en 1944 a instancias de Charles de Gaulle tras la liberación de París, había pertenecido a sus trabajadores durante décadas hasta que en 2010 entró en graves dificultades financieras y necesitó el auxilio de inversores ajenos a la actividad.
La llegada de Křetínský se produjo algunos años después, cuando compró por sorpresa por unos 50 millones de euros alrededor de la mitad de las acciones del banquero Matthieu Pigasse, que junto con Niel y Bergé se había convertido en copropietario de la cabecera y había impulsado su transformación digital. Ese movimiento causó descontento entre los trabajadores por la trayectoria empresarial del nuevo dueño en torno a actividades fósiles altamente contaminantes, y también por la sospecha de que querría usar Le Monde para ganar influencia de cara a otros negocios.
El magnate checo ya había adquirido previamente otras publicaciones como el semanario político Marianne o la revista de moda Elle, y aspira a hacerse con Editis. Esta última editorial pertenece en la actualidad a Vivendi pero debe venderla para satisfacer los requerimientos de los reguladores para completar su compra del grupo Lagardere. También es accionista de la mayor emisora privada de Francia, TF1, con un 5%.