El techo de cristal de las periodistas: sólo el 11% ocupa puestos de dirección

| 6 MARZO 2020

Para las mujeres periodistas el punto de partida profesional empieza en pendiente. El 88,2% de las profesionales cree tener menos oportunidades de promoción o ascenso que los hombres debido a la desigualdad estructural y a estar condicionadas por la esfera privada(familia, cuidados,etc.). Por contra, sólo el 7,2% de las periodistas considera que las opciones son iguales.

Es una de las conclusiones que arroja ‘I Estudio sobre la situación de las mujeres periodistas en España’, realizado por la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), junto con Ideara, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Solo el 3,8% de las encuestadas cree que ‘casi seguro’ o ‘con toda probabilidad’ tienen posibilidad de ascender en su trabajo. Esta percepción de falta de expectativas se ve corroborada por los resultados de la encuesta ya que existe una alta correlación entre el tiempo que llevan en el puesto actual y el tiempo que han permanecido en la empresa/entidad, lo que denota una baja probabilidad de promoción.

El informe, que tiene como objetivo visibilizar la desigualdad en el periodismo y sus implicaciones para el derecho a la información de la ciudadanía, pone de manifiesto las condiciones sociolaborales en las que trabajan las profesionales de este sector. A modo de resumen, considera que las mujeres se encuentran con un techo de cristal y un suelo pegajoso en el desarrollo de su carrera.

La falta de presencia de las mujeres en puestos directivos es otro de los puntos destacados. Solo el 2,5% afirma que hay igualdad, frente al 95,6% que critica que estos cargos están ocupados mayoritariamente por hombres.

A nivel cuantitativo, se observa que el 11,5% de las periodistas se dedica a labores de coordinación y/o dirección, y solo el 4,3% coordina equipos de más de 10 personas. No obstante, se observa un reparto equitativo en los puestos intermedios.

Solo el 3,8% de las encuestadas cree que ‘casi seguro’ o ‘con toda probabilidad’ tienen posibilidad de ascender en su trabajo.

Además, las periodistas también resultan penalizadas por el distinto nivel de exigencia: un elevado porcentaje (casi 6 de cada 10) manifiestan que se autoexigen más que un hombre por el hecho de ser mujeres. Asimismo, denuncian que en las mujeres se consideran defectos algunos de los rasgos valorados positivamente en los periodistas hombres (como la ‘agresividad’ profesional).

En cuanto a las tareas que se desempeñan, en general se considera que las mujeres están relegadas a tareas más sistemáticas, tediosas y de menor valía que los hombres, ya que el 25,5% piensa que ocurre siempre o casi siempre, y el 43,5% afirma que ocurre pero que depende del tipo de puesto.

El estudio también refleja una alta presencia del acoso en redes sociales (y en algunos casos fuera de ellas) por el hecho de ser mujer, ya sea sufrido por ellas mismas o por otra compañera de su entorno.  También se denuncia que la mujer sufre críticas mucho más agresivas que el hombre, cuyo objetivo suele ser humillar a la profesional y atacar en lo personal aparte de en lo profesional (insultos, comentarios con respecto al físico de la periodista, etc.).

En estos casos, la medida más frecuente es silenciar o bloquear las cuentas del origen del acoso (40,7% del total de respuestas), aunque es preocupante que en un 16,5% de no se hizo nada.

Medidas para reducir la discriminación

Existe un elevado nivel de acuerdo entre las periodistas encuestadas en que deben de tomarse medidas que fomenten la igualdad, como la implantación de planes de igualdad en todas las empresas para mejorar las condiciones laborales, o la creación de programas de conciliación para facilitar ascensos y promociones

Además, a nivel cualitativo se constata que este es un mercado muy atomizado donde la existencia de muchos trabajadores por cuenta propia sumada a la falta de una conciencia colectiva de “profesional de la comunicación” dificulta la consecución de logros colectivos, entre los que se encuentra la lucha en contra de la desigualdad de género.

También se hace patente la necesidad de introducir una perspectiva de género tanto dentro de las instituciones como en la elaboración de las noticias para minimizar, entre otros, “el poco reconocimiento del que gozan las mujeres en comparación con los hombres en este sector, y acabar con conductas micromachistas que dañan a la mujer y la figura de la mujer”.

Por último, el informe también refleja que se percibe mayor desigualdad de género en el sector privado que en el público, en las empresas grandes que en las más pequeñas y que la televisión se considera el medio de comunicación que mayor uso mercantilista del cuerpo de la mujer hace.

Asimismo, están de acuerdo en que deben de tomarse medidas que fomenten tanto la igualdad, como la implantación de planes específicos en las empresas para mejorar las condiciones laborales.