David Jiménez y Unidad Editorial llegan a un acuerdo ‘in extremis’ para evitar el juicio
Lo dice un dicho jurídico: Más vale un mal acuerdo que un buen pleito. Es lo que ha ocurrido en el caso que iba a enfrentar frontalmente a David Jiménez con Unidad Editorial, la empresa para la que trabajó desde el inicio de su carrera hasta el pasado 25 de mayo, cuando fue cesado de manera fulminante del puesto de director.
Según ha podido conocer DIRCOMFIDENCIAL, el ex director de El Mundo ha alcanzado un acuerdo extrajudicial ‘in extremis’ con Unidad Editorial este viernes. La conciliación entre ambas partes se ha materializado después de que el representante de la editora haya presentado una solución económica al del periodista. De esta forma, el pacto se produce apenas tres días antes de que se celebrara la vista judicial, fijada para el próximo lunes, 30 de enero.
No se celebrará por tanto el juicio por la demanda que presentó Jiménez el pasado 1 de junio solicitando la nulidad e improcedencia de su despido. El periodista acudió ante los tribunales para demostrar que durante el año que se mantuvo como director sufrió «una vulneración de los derechos fundamentales y de la cláusula de conciencia por parte de Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial«. Un derecho este último amparado en la Constitución y que garantiza a los periodistas la independencia en su ejercicio profesional. Para defender su acusación, el periodista disponía de documentación (grabaciones y correos electrónicos) en la que quedaba acreditada las supuestas coacciones que sufrió en el cargo.
Puesto que no habrá pleito, tampoco será necesario contar con el testimonio de los testigos que habían sido citado a declarar, entre los que se contaban el exministro de Industria, José Manuel Soria; Óscar Campillo, exdirector de Marca; el expresidente de Telefónica, César Alierta; o los dos predecesores en el cargo de director de El Mundo, Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo.
Fuentes conocedoras del caso explican que en las últimas semanas la defensa de Jiménez había sufrido un cambio de representación después de que Cruz Sánchez de Lara, su abogada y actual pareja de Pedro J. Ramírez, lo abandonara. En relevo, el periodista contrató los servicios de Ignacio Jiménez-Poyato, un experto en pleitos laborales.
Tras su despido, que se produjo en medio de las negociaciones por el ERE ejecutado por la empres editorial, un grupo de redactores de la cabecera redactó una carta en la que reprochaban a Jiménez que «el pulso informativo del medio se había visto deteriorado dramáticamente durante su gestión». No obstante, la recogida de firmas sólo fue secundada por algunos periodistas -si bien algunos eran veteranos con peso en la redacción- pese a que en el escrito se esgrimía que “hizo lo que nunca debe hacer un director de El Mundo: trasladar casi a diario en primera persona presiones a sus periodistas para que rebajasen el tono y el cariz o directamente, eliminasen determinadas informaciones críticas con el poder”.