Juan Luis Cebrián no cree que «El País deba ser un periódico de izquierdas»

| 12 DICIEMBRE 2016 | ACTUALIZADO: 12 DICIEMBRE 2016 9:26

Al presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, parece no importarle la imagen que da fuera de las paredes de su despacho. Lo mantienen trabajadores del diario El País en los mentideros de la profesión, lo entreven las informaciones publicadas últimamente por los medios sobre su figura y lo ha asegurado él mismo en su esperada -y muy comentada- entrevista a ‘Salvados’.

Cuando llegando al final de la conversación Jordi Évole quiso recuperar la inédita portada de la revista Jot Down en la que se ve a Cebrián posando con un casco de Darth Vader en la mano, le preguntó si, más que una provocación, no piensa «¿quieren decir que pertenezco al lado oscuro?». La respuesta del periodista no pudo ser más rotunda: «Me da igual. Si me preocupara mi imagen la cuidaría y no la cuido en absoluto… Yo no me considero el malo de la película, tampoco un héroe de nada, yo soy un periodista que ha trabajado, que ha tenido éxito y nada más».

Una portada que si no llegó a ver la luz fue por oposición de Antonio Caño, director de la cabecera del grupo, y no suya. «Mi foto para ‘Jot Down’ con la máscara de Darth Vader era divertida, yo no pienso en lo que significa, me da igual. Yo posé para la foto, pero no me interesa ‘La Guerra de las Galaxias’ y no sé quién es Darth Vader. Luego Antonio Caño decidió que no se publicara», comentó.

Sí le molesta la vinculación que se hizo de su nombre con los llamados Papeles de Panamá, asunto por el que reclama en los tribunales 8,2 millones de euros a El Confidencial y sobre el que se mostró muy tajante. “No he tenido ninguna relación con los Papeles de Panamá. Jamás es jamás. Jamás he tenido una compañía offshore, jamás he tenido una cuenta fuera de España. En La Sexta muchas personas han hablado sobre mi vinculación con los Papeles de Panamá y eso es una calumnia. Me molesta que eso perjudique a mi empresa, mi familia y mis amigos porque es un intento de deshacer la credibilidad de los medios de mi grupo”.

«Aunque les moleste a algunos líderes de la izquierda, yo me considero un hombre de izquierdas. Yo sí, personalmente, pero quería hacer un periódico beligerante contra la España profunda»

Fuera de las dependencias de Prisa, el nombre de Cebrián está vinculado a la Real Academia de la Lengua Española (RAE), donde se le reconoce como periodista y escritor. Ahora, también se siente empresario y, si acaso, académico, como figura en la solapa de ‘Primera Página. Vida de un periodista 1944-1988’, su libro de memorias que acaba de ser publicado por Debate. De hecho, el programa de Évole pivotaba alrededor de algunos de los momentos que se relatan en estas páginas, aunque también trataba temas bastante espinosos en los que la insistencia del entrevistador confrontaba con la pertinacia del entrevistado.

De cada una de las intervenciones que realizó Cebrián pueden extraerse varios titulares. Quizás por ser el fundador de El País y haber sido su primer director, la declaración más destacada es aquella en la que desvinculó al diario con una corriente de izquierda.»El País quería, quiere y es ser un periódico, que cuente las cosas que interesan a los lectores y no se callen las cosas que molesten al poder. Cuando salimos, la izquierda no tenía voz y tuvimos la decisión de dársela, pero creo que nunca ha sido ni deba ser un periódico de izquierdas. Se alineó con las posiciones liberales progresistas, defendió la democracia cuando no existía».

Sin embargo, confirmó que la intención por querer dar voz a la «España oculta, del exilio y a los jóvenes» de ese tiempo «llevó a que se identificara al electorado socialista con el ‘lectorado’ de El País. Pero, del mismo modo que desmontó el mito que funde el carácter izquierda bajo la mancheta del diario, Cebrián aseguró que sus ideología se inclina hacia este lado. «Aunque les moleste a algunos líderes de la izquierda, yo me considero un hombre de izquierdas. Yo sí, personalmente, pero quería hacer un periódico beligerante contra la España profunda», declaró.

“Nunca en el consejo de administración de El País o Prisa se ha debatido ningún tema ni la línea editorial de los medios. Los ciudadanos pueden creer en la teorías de las conspiraciones pero la verdad es otra”

La mayoría de las preguntas formuladas por Évole solían acompañarse de un enunciado, bien tras su formación bien tras la primera respuesta de Cebrián, acerca de su control en la línea editorial de El País. Una influencia que este rechazaba con el argumento de que no es su director y por tanto no decide en las cuestiones del mismo. Como niega que las empresas con representación en el capital de Prisa presionen en sus contenidos. “Nunca en el consejo de administración de El País o Prisa se ha debatido ningún tema ni la línea editorial de los medios. Los ciudadanos pueden creer en la teorías de las conspiraciones pero la verdad es otra”.

En este sentido, restó valor a las informaciones, en sus palabras confidenciales, que hablan de un control empresarial sobre la línea editorial de su plantilla. “Me preocupa un fenómeno reciente que es la autocensura de los periodistas. Hay un creciente autocensura en las redacciones de los medios españoles para que no se diga lo que no gusta al poder. Se suele leer demasiados confidenciales”.

Este cabo llevó, irremediablemente, a la cuestión sobre la campaña del rotativo contra Pedro Sánchez, denunciada por el propio exsecretario socialista. “No creo que sea verdad lo que dice Pedro Sánchez sobre las presuntas presiones de El País”. Su «mediocridad politica  es evidente y se ha puesto de relieve en estos momentos. Los problemas que ha tenido él con su partido son problema suyo y es lamentable que culpe a medios independientes”. Sobre el duro editorial que le dirigieron calificando de irresponsable su actitud, Cebrián considera que «podrían haberse ahorrado algunos adjetivos».

alabó la presencia de Felipe González en el consejo editorial de El País: «para mí es un honor que González esté en el grupo y es un lujo que una persona con un criterio y una capacidad de la información fuera de lo común esté. Si alguien levanta la ceja por ello, es su problema».

Sobre las dudas sobre su decisión de continuar al frente del grupo después de haber generado una deuda superior a los 5.000 millones de euros en 2008, el periodista comentó que “cada dos años pongo a disposición mi cargo y quiero cumplir con mi responsabilidad para con los accionistas”. Ahora bien, la cuestión de su salario la despachó con un manifiesto que no había ido a la entrevista para hablar de mis contradicciones. “Mis contradicciones las resuelvo con mi psicoanalista y antes con mi confesor. No tengo ningún tipo de contradicción sobre lo que gano o dejo de ganar”.