La ausencia de periodistas en zonas de conflicto reduce los asesinatos en la profesión

| 23 DICIEMBRE 2017 | ACTUALIZADO: 23 ABRIL 2020 14:12

Los periodistas profesionales asesinados durante el transcurso de 2017 han alcanzado la cifra de 50 muertos, la cifra más baja de los últimos 14 años. Una de las principales de este descenso, el vaciado de profesionales de la información en las zonas de combate. Así rezaba el ‘Balance de periodistas asesinados, detenidos, secuestrados y desaparecidos en el mundo en 2017’, realizado anualmente por Reporteros sin fronteras (RFS).

Los riesgos a los que se enfrentan los periodistas de guerra son altamente peligrosos. Algunos han sufrido secuestros, detenciones, desapariciones e incluso la muerte por el mero hecho de ejercer su profesión. En tan sólo 15 años, 1.305 comunicadores han sido asesinados en distintos países, llegando en 2017 a los 65, de los que 50 eran profesionales de la información, 7 periodistas-ciudadanos y 8 colaboradores de medios.

Aunque con respecto al año pasado la cifra ha descendido un 18%, sigue preocupando que hasta el 60% fueron asesinados o agredidos de forma deliberada por ser periodistas, mientras que el 40% de los asesinatos se produjeron cuando cumplían con su labor. La maquinación intencionada de asesinar a un periodista persigue, según el informe, un objetivo común: «hacerlos callar».

La investigación periodística de los informantes que ponen en tela de juicio las tareas realizadas tanto por las autoridades políticas del país en cuestión, como de organismos religiosos, económicos o grupos criminales no suelen gustar a los detractores. Por ello, buscan, por todos los medios, que la información comprometida no salga del país, aunque el precio sea una vida humana.

En tan sólo 15 años, 1.305 comunicadores han sido asesinados en distintos países, llegando en 2017 a las 65 muertes

A pesar de esto, las muertes por asesinato -en especial de periodistas profesionales- se han reducido desde 2004, cuando se produjeron 63. Los 50 fallecidos de este año quedan lejos de los 88 de 2007 o los 87 asesinados en 2012, siendo la cifra más baja de este periodo los 60 que perdieron la vida en 2008. Una de las principales razones de la bajada, según RSF, se basa en que «los países que se han vuelto muy peligrosos se han vaciado de periodistas».

Esto se ha notado principalmente en Oriente Medio y Centro América, donde los conflictos armados de Siria, Irak, Yemen, Libia y México se han cobrado la vida de decenas de profesionales. La consecuencia más inminente es la huida de los periodistas hacia zonas de paz o abandonando, en casos extremos, la profesión. Ayuda también a la reducción la toma en consideración por parte de las empresas mediáticas y los organismos internacionales de la protección de los periodistas en zonas de conflicto. En este contexto, se creó la alianza ‘A Culture of Safety’ (ACOS) para que los freelances contarán con el respaldo necesario para velar por su vida, gracias a la colaboración con medios, organizaciones y colaboradores de todo el mundo.

Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dictaminó una resolución el 20 de noviembre en pos a la seguridad de la mujer periodista en países peligrosos.

Detenciones y secuestros

El balance de Reporteros Sin Fronteras (RSF) lo completan los datos referidos a las cifras de periodistas secuestrados y detenidos en 2017. Aquí, la tendencia ha sido más parecida a la del año anterior, con un descenso del 6% en las detenciones y un aumento del 4% en relación con los secuestros.

Un total de 326 periodistas permanecen detenidos este año, de los cuales 202 son profesionales, 107 periodistas-ciudadanos y 17 colaboradores. Muchos de ellos se encuentran en 5 países considerados las mayores prisiones de comunicadores del mundo, como son Vietnam (19), Irán (23), Siria (24), Turquía (43) y China (52). Precisamente el caso de China llama la atención por las medidas del Gobierno para reprimir a periodistas y blogueros. Si bien los han eximido de la pena de muerte, les imponen largas condenas que provocan el fallecimientos de los reclusos por las malas condiciones de salubridad.

Por su parte, los secuestros han sido los únicos que se han incrementado con respecto a 2016. Hasta la fecha, están secuestrados 54 periodistas, la mayor parte de ellos profesionales (44), concentrados en Siria, Yemen, Irak y Ucrania. Hasta 22 están en mano del Estado Islámico, 11 secuestrados por los Hutíes y 5 divididos en otros grupos como Al Qaeda o Al Nusra, que los utilizan para ejercer presión sobre gobiernos, organizaciones o personas.