La crisis económica de la prensa británica no cesa

| 30 MAYO 2016

La prensa británica, al igual que la española, tampoco vislumbra todavía la luz al final del túnel. Los ingresos por publicidad en los periódicos impresos se han reducido desde los 2.260 millones de libras en 2008 hasta 1.020 millones del año pasado, según un informe de GroupM. Solo en 2015, la caída fue del 25%. Asimismo, los beneficios de las cabeceras líderes, The Daily Telegraph, The Sun y The Daily Mail, han caído un 40% en la última década.

A la luz de estas cifras, a finales del año pasado los seis grandes grupos de prensa británica (Guardian News & Media, Independent Print, Evening Standard, Mail Newspapers, Trinity Mirror, News UK y Telegraph Media Group) se unieron para invertir 4,2 millones de euros en una campaña publicitaria que promocionara el poder de los periódicos.

Pese a estos esfuerzos, solo en los últimos meses se ha producido el cierre de The New Day  pocas semanas después de ver la luz, la cancelación de la edición impresa de The Independent, los 250 despidos acometidos por The Guardian después de perder 60 millones de euros en 2015 o la venta de Financial Times a Nikkei.

Ahora, los que dan a conocer su precaria situación son Daily Mail y Telegraph Media Group.

El primero de ellos ha desvelado que sus ingresos publicitarios en el apartado impreso están en caída libre, al haber descendido en los dos últimos trimestres 18 millones de libras, es decir, un 13%. La popularidad del diario digital del grupo, MailOnline, que es una de las publicaciones británicas online más exitosas, con un promedio de 14,4 millones de usuarios diarios y un crecimiento de la facturación por anuncios del 23%; no ha sido suficiente para compensar las pérdidas del papel.

Daily Mail y Telegraph Media Group son los últimos grupos de prensa británica que han dado a conocer su precaria situación.

Telegraph Media Group, por su parte, ha iniciado un periodo de consultas entre sus personal porque planea despedir en torno a un centenar de trabajadores. Este proceso de recortes afectará tanto a su departamento comercial como a su plantilla de periodistas.

En paralelo a este proceso, Telegraph quiere instaurar un modelo de «trabajo inteligente». Su director ejecutivo, Murdoch MacLennan, ha explicado que «nuestras oficinas nunca están llenas e, incluso, en un día muy ocupado un gran número de mesas no han sido utilizadas». Por ello, la empresa está acometiendo una reducción de espacio de sus sedes de Londres, con el objetivo de recortar alquileres y tasas municipales.

Esta circunstancia de mesas vacías provocó que, en el pasado mes de enero, la compañía instalara dispositivos que monitorizaban la presencia o ausencia de periodistas en sus puestos de trabajo. Medida que fue rápidamente cancelada después de que el sindicato de periodistas difundiera varias quejas.