The-Guardian

La edición estadounidense de The Guardian espera incrementar las donaciones de sus lectores en un 33% este año

| 4 ABRIL 2025 | ACTUALIZADO: 4 ABRIL 2025 9:31

La retirada del apoyo tradicional al candidato demócrata por parte de The Washington Post y Los Angeles Times les ha provocado una sangría de suscriptores que The Guardian cuenta con capitalizar en parte.

Su edición estadounidense prevé alcanzar en este escenario hasta 44 millones de dólares en donaciones, lo que supone un 33% más que en el ejercicio anterior.

Esa cifra, facilitada por su directora Betsy Reed a New York Magazine en una entrevista reciente, supondría un salto muy significativo para la financiación de sus operaciones. El año pasado la entrega voluntaria de dinero de forma periódica o puntual supuso más del 60% de la facturación de toda la edición y el resto llegó a través de apoyo filantrópico o publicidad.

En ese esquema la rápida y contundente reacción de The Guardian a la reelección de Donald Trump como presidente de EEUU ha sido clave. De hecho, la semana de esos comicios fue la más importante en donaciones de toda la historia de la edición, que ya abarca 14 años.

Pero semanas antes, el periódico británico ya había registrado un hito relevante vinculado a ese proceso. La negativa de Jeff Bezos a que The Washington Post apoyara a Kamala Harris contribuyó de forma decisiva a que en ese mes de octubre se duplicara el número de personas que donan de manera recurrente.

En concreto, ya son más de 350.000 personas las que ofrecen dinero de forma habitual para ayudar al sostenimiento de las operaciones en EEUU de The Guardian. Lo hacen en un contexto en el que la mitad de los lectores de la edición están en ese país y la otra mitad fuera, lo que da sentido al lema interno de cubrir EEUU para el mundo y el mundo para EEUU.

La postura del periódico ante Donald Trump ha generado los hitos de mayor apoyo económico voluntario en sus 14 años de presencia en EEUU.

Estas circunstancias convierten a The Guardian en casi el único periódico que de momento se ha beneficiado de forma consistente del retorno de Trump, a diferencia de su primer mandato.

Entonces, sus enfrentamientos habituales con medios como The New York Times o The Washington Post les permitieron disparar sus cifras de suscriptores, aunque desde entonces la evolución no ha sido nada pareja.

Y a su vez eso supone un punto de inflexión importante para una cabecera que en sus primeros años vivió una expansión notable y en 2016 acometió una reestructuración severa. En aquel año redujo plantilla en un 30%, con la salida de 50 de los 150 empleados del momento, como consecuencia de la volatilidad del negocio publicitario del sector. Pero desde la pandemia su modelo ha logrado mayor apoyo y con Trump se ha disparado la tendencia.