Los estudios estrechan la vida de las películas en los cines para potenciar sus plataformas de streaming

| 16 MAYO 2021 | ACTUALIZADO: 17 MAYO 2021 21:14

La pandemia ha acelerado la reestructuración de las ventanas tradicionales de exhibición de las películas. Los grandes estudios de Hollywood con servicios de streaming (todos menos Sony) han ido anunciado ajustes para acortar la vida de los estrenos en cines y estrenar cuanto antes en sus plataformas, con los objetivos simultáneo de optimizar ingresos de salas e incrementar base de suscriptores. Las diferentes aproximaciones para intentar alcanzar ese equilibrio componen un escenario heterogéneo y cambiante marcado por los problemas económicos de la industria.

Disney ha sido la última compañía que ha tomado ese camino al anunciar que Free Guy y Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos reducirán su tiempo en cines a 45 días frente a los 90 tradicionales para saltar posteriormente a Disney+, donde ya ha experimentado con estrenos de pago que estaban pensados para salas. Es el mismo plazo que anunció Warner de cara a la vuelta al esquema tradicional en 2022, tras su decisión de estrenos simultáneos para este año. Y también el que estableció Paramount, que lo rebaja a 30 días para películas menores. Eso es algo que ya ha explorado previamente Universal al pactar con AMC y Cinemark que los estrenos que recauden menos de 50 millones de dólares en su fin de semana de estreno en EEUU vayan a plataformas en 17 días, y en 31 si superan esa cifra.

Detrás de todos estos movimientos hay una lógica basada en el reaprovechamiento de los esfuerzos de marketing realizados para cada película, de manera que sirvan para impulsar la llegada de suscriptores a los respectivos servicios o la retención de los existentes mientras aún generan interés. Los grandes estudios aspiran a lograr varios fines de semana de taquillas lucrativas en cines, que se quedan en torno al 50% de esos ingresos, para después enriquecer su oferta en servicios de streaming cuya facturación no tienen que repartir con otros intermediarios.

El ajuste de la coexistencia entre estrenos en salas y en servicios propios es el asunto clave en las grandes productoras de Hollywood.

Esto último es especialmente importante de cara a la explotación del catálogo de cada una de estas grandes compañías, que además ejercen como distribuidoras de películas realizadas por productoras más pequeñas. Y aún lo será más en la medida en que los picos históricos de altas impulsados por las restricciones de movilidad que causó la pandemia han desaparecido, como ha podido verse en los últimos datos de Disney+ o NetflixLa reapertura de cines en el contexto de la vacunación masiva y la posibilidad de hacer actividades fuera de casa son decisivos para explicarlo.

La aceleración del proceso también permite que se puedan explotar más rápido las películas en servicios digitales de pago por alquiler o por visión, como los que actualmente tienen Google o Amazon, así como la venta de derechos a otras plataformas como Netflix. Además anticipa su entrada en el ciclo habitual de televisiones tradicionales de pago o formato físico. Lo que queda por ver es la evolución de ese proceso una vez se haya estabilizado la situación sanitaria en los principales mercados cinematográficos, además de los hábitos que hayan podido quedar asentados entre la audiencia.