The Economist incrementa su beneficio a pesar de la caída publicitaria
The Economist ganó el año pasado 60,6 millones de libras, lo que representa un crecimiento de 1,3 millones respecto al 2014.
Ello ha sido posible pese a la caída del 18% en la publicidad destinada a la publicación en papel. Descenso que se ha podido ver compensado por el esfuerzo comercial acometido por el semanario en la venta de las suscripciones premium, que consiste en un paquete que incluye la versión impresa y la online.
El importante aumento de la facturación por publicidad digital también ha amortiguado la caída en los ingresos totales por anuncios, cifrados en un 8%.
Si se observan los números con mayor perspectiva, resalta el desplome absoluto de la publicidad impresa en The Economist. Si el techo se alcanzó en 2009 con 118 millones de libras facturados, esa partida fue de solo 47 millones el año pasado.
Ante esta situación, The Economist llegó hace tiempo a la conclusión que su modelo de negocio no podría depender de la publicidad. Así pues, actualmente hasta el 41% de sus ingresos no son publicitarios, concepto que ya solo aporta el 37% de su facturación.
En este sentido, las ganancias derivadas de su paquete de suscripción premium mejoraron un 31%; mientras que el número de abonados digitales aumentó un 27%. Gracias a ese esfuerzo comercial, los ingresos por circulación crecieron un 31% en tasa interanual.
En total, sus ventas aumentaron ligeramente desde los 324 millones de libras hasta los 331 millones. La mayor parte de ellos (el 58%) proviene del Reino Unido.
A cierre del ejercicio, The Economist emplea a 1.363 trabajadores, a los que destina una masa salarial de 109,8 millones de libras.
Estos son los primeros resultados anuales después de la histórica venta del 50% de las acciones de The Economist, de las que se deshizo Pearson por 469 millones de libras en agosto del 2015. Gran parte de estas acciones vendidas -el 27,8%- las adquirió el grupo italiano Exor (familia Agnelli), dueño, a su vez, del grupo Fiat.
