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4 señales de que en vuestra relación falla la comunicación

| 18 SEPTIEMBRE 2015

Con la rutina ajetreada de cada cual, poder pasar tiempo con la pareja es para muchos una utopía, algo reservado para el fin de semana o alguna noche puntual. Comunicar se convierte en una excepción dentro de la rutina semanal, y al final es común que se acabe hablando de problemas comunes, como si de una empresa con dos socios se tratase: las facturas, la compra, los deberes de los hijos y todas las responsabilidades. Los que pueden verse más a menudo, ya sea porque están en el paro, trabajan desde casa o sus condiciones se lo permiten, ni siquiera siempre saben cómo comunicarse, porque cantidad no es sinónimo de calidad, ni hablar significa estar conectados realmente. Todos estos problemas de comunicación afectan mucho a la relación, y por eso merece la pena hacer un alto en el camino y cuidar realmente la salud de la pareja, para que sea sólida y duradera.

1. Te dice que no le escuchas o te sientes poco escuchado. Si alguno de los dos se siente poco escuchado, siempre hay que detenerse a ver qué pasa, porque detrás de esa queja hay una sensación de incomprensión. A veces va más allá de que mires el Whatsapp mientras te habla, pero eso no significa que tengas que pasarte horas escuchando todos los detalles que le han pasado ese día en el trabajo, sino escuchar y mostras interés por lo que realmente es importante para tu pareja, lo que le preocupa, lo que le hace ilusión… Hablar de emociones y valores por encima de los hechos ayuda mucho a reducir largas conversaciones inútiles que, con todo, siguen haciendo sentir a alguno que no es escuchado todo lo que le gustaría.

2. Hay temas que evitáis hablar para no discutir. Tener temas tabú en la relación es peligroso, de esos que no se mencionan por diferencias de opinión. Si se trata de política o algo menos ligado a la relación en sí, no hay tanto problema en evitarlo, pero si es algo relacionado con los propios sentimientos, con los hijos o cualquier tema personal, es mejor enfrentarse a ello cuanto antes y llegar a alguna clase de acuerdo. Respetar y aceptar la postura del otro, evitando actitudes defensivas, puede ser una forma de evitar discusiones.

3. Os decís pequeñas mentiras sin importancia. No hay mentiras sin importancia, porque se empieza por ocultar un gasto o una preocupación, y se acaba dando por normal no ser sinceros. Es como tirar del hilo de un jersey, que es fácil que acabe deshilachado en poco tiempo. La comunicación fluirá mejor si se evitan las mentiras al máximo, y algo que ayuda mucho a que no se inicie un juego de pequeñas mentiras es confiar en el otro y aplicar la presunción de inocencia, es decir, que a falta de información se piense siempre lo mejor.

4. Os cuesta saber qué está pensando el otro. Normalmente la buena comunicación trasciende las palabras: existe una sintonía que tiene relación con el lenguaje no verbal y permite saber lo que el otro piensa o en general qué postura tiene sobre muchos temas. Una buena comunicación empieza por conocer al otro y primero de todo que él o ella se conozca a sí mismo, para que diga realmente lo que quiere decir sin mantener que el afán de complacer o quedar bien le impida ser natural. Una relación que se basa en la apariencia llegará un momento en que salte por los aires, porque en la vida real las personas tienen la cara lavada y no siempre están de buen humor.