Flickr CC Licencia de Atribución, por Norman Lear Center

Incontinencia creativa o cuando la mente no puede parar

| 8 SEPTIEMBRE 2015 | ACTUALIZADO: 8 SEPTIEMBRE 2015 8:06

Todos sabemos lo poderosa que puede llegar a ser nuestra mente. Gracias a la creatividad se han hecho grandes inventos, se han creado negocios muy rentables o se han escrito libros que han pasado a la Historia. Pero no todo es un jardín de rosas cuando la mente se dispara y la creatividad toma las riendas. Una idea lleva a la otra, ésa a la siguiente y llega un momento en que la rueda gira tan deprisa que uno ya no sabe cómo pararla. Un emprendedor, por ejemplo, que tiene demasiadas ideas a diario para mejorar su producto, puede perder el foco y el rendimiento, igual que un artista, un programador o cualquier persona que tenga una presentación importante y lleve tiempo preparándola.

¿Cuáles son los riesgos de una creatividad excesiva?

Un exceso de buenas ideas de negocio no pueden ser rentables ni viables, y un exceso de finales para una novela puede llevar a la indecisión y el bloqueo. Esto puede ser por perfeccionismo o por la propia incapacidad de frenar la creatividad, que en sí misma es un talento, pero necesita equilibrio y dirección, como todas las demás habilidades. Si no conseguimos frenar la mente, como el auriga de Platón que domina a sus caballos, podemos encontrarnos con algunos problemas:

– Falta de concentración. Imaginar ideas varias sobre cualquier cosa es una habilidad de la mente, pero si te impide enfocarte en una tarea concreta y no consigues darle a la “pausa” en algunos momentos del día a día, tienes un problema, porque te impedirá ser productivo, ya que no todo es creatividad en esta vida.

– Estrés. Una acumulación excesiva de ideas y un ejercicio mental frenético pueden agotarte, hasta el punto de que tengas malestar y no consigas rendir en absoluto, con lo cual puede ser contraproducente, como todos los excesos.

– Análisis-parálisis. Pensar demasiado y actuar menos impiden la productividad y bloquean el pensamiento creativo, de manera que la mejor forma de seguir teniendo buenas ideas para cualquier proyecto que tengas es ponerte lo antes posible a actuar, a hacer y fallar incluso. En marcha es cuando se puede aprender, captar nuevas ideas y poner a prueba las que ya se han tenido, así como recibir feedback de otros que ayude a mejorar constantemente y ganar realismo.

¿Cómo dirigir la creatividad y reducir los extremos? La técnica de Walt Disney

Cuentan que el genio de los dibujos animados tenía un método para ser creativo de forma eficiente y adecuada. Su estrategia la utilizaba con sus equipos de trabajo y consigo mismo, y constaba de tres pasos:

1. Fase del soñador. Disney dedicaba una habitación y un tiempo determinado del proceso creativo a hacer tormenta de ideas, para que la creatividad fluyese sin restricciones. De lo que se trata es de que establezcas un tiempo y espacio concretos para liberar todas las ideas que quieras.

2. Fase realista. Llega un momento en que hace falta concretar las ideas que se han tenido, es decir, traducir en algo específico las más interesantes de la fase anterior. Disney utilizaba también toda una sala para ello, y en un equipo de trabajo también puede hacerse con salas, pero si se trata de una sola persona, la cuestión es encontrar un lugar y momento del día para ello.

3. Fase crítica. Es el momento de poner a prueba, analizar y cuestionar las ideas creadas, sin miedo a ser demasiado duros, porque ya volverá a comenzar el ciclo y tomaremos tiempo para volver a construir más y mejor.