Carlos ParryCarlos Parry

APRI aspira a crear una federación iberoamericana de lobistas

| 28 OCTUBRE 2024 | ACTUALIZADO: 29 OCTUBRE 2024 8:34

La Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI) avanza a paso firme con una ambiciosa hoja de ruta sectorial.

Su presidente, Carlos Parry, está cerca de cumplir su primer año de mandato con la convicción de seguir fortaleciendo la organización con un plan estratégico, cuyos objetivos detalla en una entrevista concedida a DIRCOMFIDENCIAL.

«Expansión» es la palabra que más emplea para resumir su primera etapa como presidente. «Hemos logrado un mayor reconocimiento en el sector, con más actividades, presencia en foros, socios y territorios«.

Hace unos días, inauguró APRI Bruselas, con un acto que contó con dos centenares de profesionales del sector y una decena de representantes institucionales en el corazón de la UE. «La pretensión que tenemos en Bruselas es crear comunidad para hacer marca país«, explica.

El presidente, Carlos Parry, confía en aumentar un tercio su número de socios y abrir una delegación en Cataluña en 2025.

La expansión territorial seguirá siendo un eje de la organización que preside. En enero de 2025 tienen previsto abrir una delegación en Cataluña, y se marcan el objetivo de asentarse en otras dos autonomías a largo plazo.

A nivel internacional, quieren estrechar lazos con la comunidad iberoamericana. De hecho, en México han alcanzado un acuerdo con su principal asociación de lobby —allí denominado cabildeo—, y aspiran a formalizar próximamente otras alianzas con países como Colombia o Argentina.

El propósito final con estos países, explica Parry, es poder crear a medio plazo una federación iberoamericana de lobistas. «Creemos importante que compartamos experiencias. En España estamos más desarrollados que ellos, pero creemos que hay oportunidades para compartir conocimiento».

La creación de esta organización, defiende, va a ayudar a estos países a «profesionalizar la actividad», y a APRI a «alimentarnos de creatividad y observar otras formas de hacer». No obstante, se muestra consciente de la dificultad de emprender el reto, teniendo en cuenta que en muchos de estos países el lobby está prohibido.

APRI Bruselas
Inauguración de APRI Bruselas.

La asociación redobla su apuesta por las nuevas generaciones. Fruto de ello será el próximo nacimiento de APRI Jóvenes, un punto de encuentro entre perfiles junior y senior para «promover el talento intergeneracional». «Queremos que los senior aprendamos de los jóvenes y viceversa. Ellos forman parte de una generación que estará mucho más preparada que nosotros, que hemos tenido que inventarlo todo».

Con esta receta, APRI confía en aumentar un tercio su número de socios en un año, pasando de los casi 300 con los que cuenta actualmente a los 400. Hace un año, recuerda, esta cifra rondaba los 200. Además, en las últimas semanas se han unido cuatro reconocidas empresas: Novartis, Merck, Angelini Pharma y Naturgy.

Regulación del lobby, la eterna prioridad

De entre todos los frentes que poseen los profesionales de las relaciones institucionales en España, el más prioritario sigue siendo la aprobación de una regulación. El Gobierno anunció hace un mes en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros su compromiso a retomar esta ley, que decayó con el adelanto electoral de 2023.

Preguntado si a APRI le consta el punto en el que se encuentra este compromiso, su presidente lamenta responder que «está en un papel muy bonito que presentaron». «Hemos pedido reuniones con el Gobierno y nos las ha rechazado en varias ocasiones«. En concreto, han contactado sin éxito con el portavoz socialista en el Congreso y la presidenta del Congreso. Mayor interés, asegura, han mostrado desde el grupo popular. «Es una pena», señala.

¿Por qué cuesta tanto aprobar en España una ley que regule la actividad del lobby? La impresión de Parry es que «supone un obstáculo para los diputados, porque son los más perjudicados, al restringirles su salida laboral«. «¿Es legítimo que un diputado que trabaja en una normativa de telecomunicaciones mañana esté trabajando en una empresa de este sector? ¿Es ético? Seguramente, no. Desde APRI pedimos un tiempo de enfriamiento».

Sobre la regulación: «Hemos pedido reuniones con el Gobierno y nos las ha rechazado en varias ocasiones. Una pena».

Por el contrario, Parry sí observa desde el tejido empresarial un mayor interés en avanzar en la regulación. «Las empresas lo ven necesario, porque facilitaría el trabajo. Las empresas han visto claramente que hay una necesidad de entender qué pasa a nivel político. No tiene sentido que un plan estratégico no esté alineado con lo que está pasando en un país», asegura.

Además de la regulación, el presidente de APRI identifica otros destacados retos en su sector. Por un lado, considera que hay que «hacer más pedagogía sobre qué hacemos y qué aportamos. Sigue habiendo un gran desconocimiento de la profesión, incluso en empresas».

En su opinión, el término lobby sigue arrastrando connotaciones negativas, que reclaman mayor proactividad a sus profesionales. «Seguramente hayamos hecho algo mal y no hayamos explicado bien lo que hacemos, cuando realmente contribuimos a aportar conocimiento a las empresas para transformar marcos legislativos. Estamos transformando la sociedad».

La medición y la formación son otros desafíos. Sobre este último detecta que «no sale la gente de la universidad preparada para trabajar en Asuntos Públicos. Son las empresas, mayoritariamente las consultoras, las que asumen esa carga de formar a los profesionales que están entrando en el sector». Por ello, APRI ha lanzado recientemente programas de formación universitaria.