Gerard Guiu: Los peligros del empaquetado genérico para las marcas y la economía española
En el tejido de la economía moderna, las marcas desempeñan un papel fundamental como símbolos de confianza y calidad en diversos ámbitos, desde la industria vitivinícola y cervecera hasta el mundo de la repostería y más allá.
Representan no solo décadas, sino siglos de dedicación, innovación y compromiso empresarial. De acuerdo con un estudio sobre la percepción de las marcas realizado por Brand Finance, un 86% de la población española considera que las marcas son esenciales para identificar productos, mientras que un 82% las asocia con un sello de calidad. Además, cerca del 80% reconoce la contribución económica que estas aportan.
No obstante, nos encontramos frente a una amenaza que podría poner en jaque estos cimientos: el empaquetado genérico. Esta medida, en apariencia inocua, podría socavar los pilares de nuestra economía de mercado e incluso cuestionar la legislación en torno a las marcas.
Imaginemos un escenario donde las marcas reconocibles desaparecen y todos los productos se presentan en envases neutros, indistinguibles entre sí. Esta visión, lejos de ser una mera hipótesis, ya se ha materializado en algunos lugares mediante el empaquetado genérico. ¿Qué sucedería si esta tendencia se extendiera más allá del tabaco y se aplicara a otros sectores? La confusión del consumidor sería inevitable, como cuando se solicita un vino tinto de una marca específica y se recibe uno blanco. Esta confusión minaría la confianza del consumidor en la calidad y seguridad de los productos.
«Esta medida, en apariencia inocua, podría socavar los pilares de nuestra economía de mercado e incluso cuestionar la legislación en torno a las marcas».
Desde la perspectiva empresarial, la eliminación de la marca conlleva riesgos significativos. Se diluyen las fronteras de la competencia leal y se reduce el incentivo para invertir en la construcción y mantenimiento de marcas distintivas. Esto podría tener un impacto devastador en sectores como el marketing y la publicidad, potencialmente conduciendo a la pérdida de empleos en estas áreas.
Comercio ilegal y la falsificación
Por otro lado, el empaquetado genérico abre las puertas al comercio ilegal y la falsificación, lo que pone en peligro el comercio legal y genera pérdidas masivas de empleo.
La indiferenciación del producto hace que sea más sencillo de copiar, lo que facilita la falsificación y amplía la posibilidad del comercio ilegal. La falsificación es un grave problema social: provoca destrucción de empleo, pérdida de ventas, falta de inversión y menos recaudación. Cada año, España pierde por las falsificaciones más de 6.700 millones de euros y se destruyen cerca de 53.500 empleos, según los últimos datos de EUIPO.
El empaquetado genérico ya se ha implementado en productos como el tabaco en países como Australia, Francia y el Reino Unido. La realidad es que no ha sido efectivo para reducir el consumo de tabaco, que tienen tasas elevadas – entre el 20% y 30% – de consumo ilegal.
Es evidente que el empaquetado genérico no es la solución; es una amenaza que debemos abordar con urgencia y determinación. Instamos a las autoridades a considerar alternativas menos restrictivas que preserven el equilibrio entre los diversos intereses en juego y que no comprometan la vitalidad de nuestras marcas y la estabilidad de nuestra economía.
Gerard Guiu es el director general de la Asociación para la Defensa de la Marca (ANDEMA).