El correo electrónico, una solución eventual ante los adblockers

| 3 OCTUBRE 2016

Los adblockers y los medios digitales mantienen desde hace tiempo una guerra sin cuartel. El avance inexorable de los primeros preocupa sobremanera a los segundos por la merma que supone en sus ingresos por publicidad, un modelo que, aunque exiguo, sigue representando su principal fuente de financiación.

Ante este panorama, a los editores se les abren dos ventanas de actuación: mostrarse intratables ante los usuarios que deciden navegar sin publicidad o bien replantearse su posición hacia estrategias más diplomáticas, aunque son varias las cabeceras que han apostado por bloquear la navegación a usuarios con estos programas, como es el caso de El Economista en nuestro país o The Washington Post y Le Figaro allende de las fronteras.

Muchos medios están cayendo en la cuenta de que la expeditiva medida basada en denegar el acceso a los usuarios que tienen instalado un adblocker no siempre es efectiva, ya que éste puede optar por continuar navegando por otros portales informativos. Por si fuera poco, esta solución no contribuye de ninguna manera a construir una relación con el lector. No obstante, es posible trenzar un vínculo partiendo de este punto, siempre y cuando el usuario se muestre dispuesto a compartir su dirección de correo electrónico.

De conseguirlo, los editores pueden hacerse con una amplia lista de correos electrónicos a los que hacer llegar un newsletter informativo. Esto permite construir una audiencia potencial interesada en contenidos de primer calidad. Esto es, si un lector se acostumbra a recibir el boletín diario de un medio en cuestión, es muy posible que a la larga se muestre dispuesto a pagar por un contenido adicional o, al menos, a suscribirse a un modelo gratuito.

En este sentido, manejar una base de datos compuesta por direcciones electrónicas permite a los medios obtener beneficio económicos por medio de la colocación de anuncios nativos en su boletín. Los editores pueden cobrar este CPM a un precio más elevado con la garantía de que este contenido llegará a un público determinado. Del mismo modo, los anunciantes pueden mostrarse dispuestos a pagar más por unos espacios de anuncios con menor propensión a ser bloqueados.