El CEO y fundador de Facebook, Mark Zuckerbeg.

Accionistas críticos con Zuckerberg volverán a votar su cese como CEO de Facebook

| 15 ABRIL 2019 | ACTUALIZADO: 16 ABRIL 2019 8:54

Para bien y para mal, Facebook es Mark Zuckerberg. Con todo lo que eso conlleva. A mediados del año pasado un grupo de accionistas críticos con su gestión forzó en la junta anual de la compañía una votación para tratar de mover a los miembros actuales del consejo.

Zuckerberg salió con todas las plumas de ese primer intento de cese. Gracias, en gran medida, a que posee dos terceras partes de las acciones de clase B, lo que le permite controlar la mayor parte de los votos, puesto que este tipo de títulos tienen 10 veces más poder que los disponibles para los accionistas regulares.

A pesar de la desigual estructura de voto, que ya entonces dio pie a la crítica de que «la democracia de los accionistas está ausente en Facebook», los inversores descontentos volverán a manifestar su insatisfacción intentando de nuevo mover la silla del CEO y, de paso, impulsar unas reformas en la gobernanza de la empresa.

Entre las ochos propuestas que plantean llevar al orden del día del próximo 30 de mayo, figura la intención de poner al frente de la compañía a un «presidente independiente» en sustitución de Zuckerberg, según avanza Business Insider.

Facebook ha reaccionado a este punto haciendo un llamamiento al resto de accionistas para que voten en contra. «Creemos que nuestro consejo de administración funciona de manera efectiva bajo su estructura actual, y que la estructura actual proporciona protecciones de supervisión adecuadas», señalan desde la plataforma, donde sostiene que un cambio en la presidencia podría provocar ineficiencias entre el equipo directivo y de gestión.

Por otro lado, en vista del poder que concentra el fundador y CEO de Facebook, también se llevará a votación la introducción de «mecanismos justos y apropiados a través de los cuales se puedan eliminar los derechos desproporcionados de los accionistas de clase B«. Algo que también rechaza la compañía al considerar que la estructura de capital y gobierno corporativo «es sólida y efectiva»