EEUU pone en marcha la cuenta atrás para que ByteDance venda TikTok o afronte su bloqueo
El proyecto de ley que contemplaba forzar a ByteDance a desinvertir en TikTok bajo la amenaza de un bloqueo completo en EEUU ha superado los trámites de Cámara de Representantes y Senado en muy pocos días, gracias a que venía adjunto a un paquete de ayudas de alta prioridad a Ucrania, Israel y Taiwán, y ya ha sido firmado por el presidente Joe Biden.
Ese último hito le da carta de naturaleza como norma y activa el plazo de un máximo de 12 meses que establece para que las operaciones estadounidenses de la compañía dejen de estar vinculadas a un accionista chino.
La rapidez con la que se han desencadenado los acontecimientos pone ya en guardia a la matriz de la plataforma china, que ha anunciado que peleará en los tribunales por considerar que ese movimiento va en contra de los derechos que garantiza la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU. Ese escenario judicial es incierto en la medida en que las causas vinculadas con ese artículo, que entre otras cosas prohíbe al Congreso la aprobación de leyes que restrinjan la libertad de expresión, tienen a menudo desarrollos impredecibles aunque tradicionalmente garantistas.
Además está por ver si resultan convincentes ante los jueces las explicaciones sobre riesgo de seguridad nacional al ponerlas en la balanza con los intereses de los 170 millones de usuarios de TikTok en EEUU y la economía que generan. Ese es el dilema previsible teniendo en cuenta que decisiones previas del Tribunal Supremo avalan que el Congreso no puede prohibir la propaganda de un país extranjero, dentro de la idea general de que no es legal que intente impedir la difusión de ideas que considere inadecuadas.
Algunos expertos también creen que el argumento del acceso a los datos de estadounidenses por parte de China es poco sólido en un contexto de regulación nacional laxa sobre el tema, si bien quienes echan mano de él recuerdan que con la ley de seguridad nacional China ese Gobierno puede obligar a cualquier compañía que opere allí a entregar información de sus usuarios. Ese sería otro aspecto controvertido, ya que TikTok tiene su sede en Singapur y en principio garantiza que los datos de los usuarios de EEUU no se guardan fuera de ese país mediante un acuerdo con Oracle .
ByteDance tendrá un máximo de 12 meses para vender las operaciones estadounidenses de la red social china y se expone a su bloqueo para 170 millones de usuarios si no lo hace.
Al margen del frente judicial que pueda abrir, ByteDance afronta una inicial cuenta atrás para cerrar un acuerdo de venta de sus participaciones en TikTok a otra empresa. Ese plazo podría porrogarse por otros tres meses más a discreción de Biden si considera que en ese tiempo extra servirá para completar la desinversión. Eso supondría doblar los seis meses que en principio contemplaba la iniciativa cuando llegó por primera vez a la Cámara de Representantes, algo que generaba dudas entre miembros del Senado.
