Bluesky no descarta introducir publicidad en algún momento
La alternativa emergente a la antigua Twitter, a la que han decidido emigrar miles de usuarios en las últimas semanas, tiene pendiente definir cómo va a hacer sostenible el servicio para todos ellos.
Y en ese contexto la publicidad parece una opción obvia para Bluesky, sobre todo ahora que su consejera delegada Jay Graber ha abierto esa puerta.
Lo hizo en un evento reciente de la publicación TechCrunch en San Francisco, a la pregunta de si la red social estaría siempre libre de anunciantes. Tras puntualizar que no creía que «eso sea necesariamente cierto», la ejecutiva aclaró que, en caso de explorar opciones comerciales, «serían mucho más impulsadas por la intención del usuario». Y señaló que no desea encaminarse a «un modelo en el que la atención de los usuarios es el producto».
Bajo esa perspectiva, Gruber sí ve factible utilizar métodos relativamente poco intrusivos como la introducción de anuncios en resultados de búsqueda.
Pero no es previsible que eso suceda a corto y medio plazo, ya que indicó que su compañía está centrada principalmente en aumentar su base. Esa cifra va en rápida progresión, ya que en febrero tenía tres millones de usuarios y actualmente se encamina hacia los cinco millones.
Además, Bluesky afronta retos específicos en caso de que quiera internarse en la planificación publicitaria. Por su propia naturaleza, es una plataforma diseñada para que los usuarios tengan poder, lo que a su vez dificulta la monetización.
Al no poder supervisar la experiencia que sirve a quienes la usan, no podría en principio controlar su exposición eficaz a campañas como otros rivales del sector.
Y esa cuestión enlaza directamente con el desafío de la moderación de contenidos, que será más compleja a medida que se sumen más usuarios y sean más activos.
Esas capacidades son cruciales para garantizar la seguridad de marca que puedan reclamar empresas potencialmente interesadas en anunciarse en Bluesky, que hasta el momento se está distinguiendo por acoger a numerosos usuarios de X descontentos con la toxicidad y la desinformación, y también con el rol de su propietario Elon Musk en la reelección de Donald Trump como presidente de EEUU.
Su consejera delegada, Jay Graber, cree que no «necesariamente» la plataforma seguirá ofreciendo una experiencia sin anuncios pero la sitúa más adelante.
A falta de ver posibles tentativas en el futuro en el ámbito comercial, la vía de ingresos que Bluesky sí descarta de plano es la licencia de contenidos a empresas de inteligencia artificial.
La compañía se ha comprometido a no entrenar ese tipo de procesos con las publicaciones de sus usuarios, pero asume que con su filosofía de código abierto es difícil que no suceda.
Bluesky levantó 15 millones de dólares en una ronda de financiación en octubre, después de haber logrado 8 de capital semilla, y su primera ejecutiva confirmó que su rápida tracción ha despertado el interés de otros accionistas potenciales.
Entre las novedades que contó entonces estaba el desarrollo de un modelo de suscripción del que aún no ha habido novedades.