Disney crea una unidad para explorar oportunidades y riesgos de la IA o realidad virtual
El eventual impacto de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la realidad virtual o la realidad aumentada está en estudio de una u otra forma en todos los grandes estudios de Hollywood. Y ahora Disney ha dado el paso de crear una unidad específica para evaluar lo que pueden suponer para sus negocios de cine, televisión o parques temáticos, denominada Oficina de Habilitación Tecnológica.
Al frente estará Jamie Voris, que desde 2010 venía ejerciendo como director técnico de los estudios de la compañía y recientemente ha liderado el desarrollo de la aplicación de Disney para el dispositivo de realidad mixta Vision Pro de Apple. Su incorporación al nuevo proyecto es inmediata y reportará directamente al copresidente de Disney Entertainment, Alan Bergman.
Ese ejecutivo es precisamente el que firma la comunicación interna en la que se notifica la creación del grupo, que según fuentes cercanas han confirmado a Reuters alcanzará eventualmente los 100 efectivos.
Bergman explica en ese correo que la nueva unidad no centralizará el trabajo en tecnologías emergentes, ya que su labor será garantizar que los proyectos que se hagan en torno a ellas tengan sentido estratégico amplio para Disney.
El anuncio llega en un contexto incierto para los profesionales creativos por la posible incidencia de la inteligencia artificial en sus trabajos.
De hecho, la limitación de esas aplicaciones potenciales fue una de las reivindicaciones clave de las huelgas de actores y guionistas que paralizaron las industrias cinematográfica y televisiva de EEUU durante meses, que al final se resolvió con algunas concesiones para ambos colectivos.
Sin embargo, la exploración de las posibilidades que ofrece es ya un hecho en todos los estudios, hasta el punto de que Lionsgate ha firmado recientemente un acuerdo con la firma Runway.
Ese trato contempla la creación y entrenamiento de un nuevo modelo de inteligencia artificial en base al catálogo de la productora de cara a que ayude en diferentes aspectos del trabajo audiovisual.
Este grupo tendrá la responsabilidad de velar por el encaje de esos proyectos en la estrategia general de la compañía.
El consejero delegado de Disney, Bob Iger, confirmó hace algunos meses que la compañía está consiguiendo mejoras de eficiencia en algunos ámbitos con esa tecnología. Pero también trasladó a los accionistas las preocupaciones que genera en torno a la administración de propiedades intelectuales y los desafíos legales que trae ese escenario.
El otro frente claro es el de la realidad virtual y aumentada, en el que Disney hizo una tentativa previa en forma de unidad dedicada al metaverso. Ese equipo fue desintegrado en marzo de 2023, en el contexto de la primera de las tres rondas de despidos previstas para ajustar costes en la compañía que se saldaron con 7.000 salidas.
Pero ahora, la iniciativa tiene más solidez en la medida en que Disney recuperó en marzo al experimentado Kyle Laughlin como vicepresidente de investigación y desarrollo de Walt Disney Imagineering, la división creativa y tecnológica detrás de los parques de atracciones.
Su retorno coincide con el repunte de ventas de gafas de realidad virtual y aumentada por parte de Meta, líder de un mercado al que competidores como Snap, Apple, Sony o ByteDance dedican cada vez más recursos.