El modo incógnito de Safari, un quebradero de cabeza para los editores

| 16 OCTUBRE 2019 | ACTUALIZADO: 16 OCTUBRE 2019 15:53

En 2005 Safari, el navegador nativo de Apple, incorporó la navegación privada, que permitía no dejar rastro de las páginas que se visitan ni almacenar ‘cookies’. El resto de competidores (Google, Microsoft y Mozilla) copiaron la idea lanzando sus propias versiones de modo incógnito a los pocos años.

Catorce años después, el modo privado de Safari representa un quebradero de cabeza para los editores digitales. Sobre todo a partir del lanzamiento de su última versión. Disponible desde finales de septiembre, impide que los sitios web detecten si los usuarios de Safari tienen habilitada este tipo de navegación, lo que hace imposible que un muro de pago identifique la visita de un lector.

Las limitaciones que rompe Safari no acaban ahí. El modo incógnito del explorador también elude los avisos de registro que envían las publicaciones digitales a los usuarios que navegan manteniendo ocultos sus datos de navegación. Esto permite a sus usuarios leer una cantidad ilimitada de contenido en cabeceras como The Boston Globe, cuando no saltarse el muro de pago de The New York Times.

Por suerte para los editores, Safari no es el navegador más utilizado entre los usuarios que no tienen dipositivos de Apple. Según datos de Statcounter, tiene una cuota de mercado del 9% entre los navegadores de escritorio de Estados Unidos, del 53% en dispositivos móviles.

El cambio es tan reciente que pocos editores han percibido que afecta negativamente a su negocio publicitario y de suscripción. Un editor de noticias consultado por Digiday señaló que las ventas de suscripción impulsadas por los usuarios en modo privado fueron «ligeramente más suaves» estas últimas semanas.

En términos más generales, la actualización de Safari agrega una cosa más a una larga lista de tareas pendientes para los editores enfocados en el negocio de las suscripciones, que se suma a la dificultad añadida de convencer a los lectores para que paguen por sus productos. 

«Esto conducirá a un muro de pago difícil para todos los lectores y también hará que sea más difícil monetizar el contenido», asegura Danielle Coffey, vicepresidenta de iniciativas estratégicas en News Media Alliance. «Si bien estamos interesados ​​en proteger la privacidad de nuestros lectores, aún necesitamos un retorno de nuestras inversiones para mantener un periodismo de calidad».

A finales de julio un cambio de Google en Chrome ya obligó a los editores a encontrar la forma de detectar si las personas navegaban en modo incógnito.