
Financial Times detecta un fraude publicitario valorado en un millón de euros
El Financial Times ha estado investigando durante las últimas semanas un fraude en la suplantación de su dominio por parte de una trama ilegal para enriquecerse con publicidad digital.
Tras el análisis, la cabecera económica ha descubierto que una decena de ad exchanges comercializaban inventario digital (display y vídeo) para insertar anuncios en sites que simulaban ser FT.com. En total, el valor del inventario fraudulento superaría el millón de euros.
«La escala del fraude que hemos encontramos es impresionante», ha dicho Anthony Hitchings, director de Operaciones de Publicidad Digital del Financial Times, en declaraciones a Digiday. En este sentido, el directivo ha añadido que «la industria sigue gastando sus presupuestos de marketing en lo que es esencialmente es crimen organizado».
Tras descubrir el escándalo, el director comercial de la publicación británica se puso en contacto con más de 11.000 anunciantes y agencias para explicarles el fraude. También les pidió que vigilaran el inventario que no procede de los dos exchanges que utiliza FT para comercializar su publicidad digital: Google AdX y TrustX.
La investigación de este hecho ilícito coincide con la adopción del periódico de ads.txt, herramienta creada por la IAB para combatir el fraude publicitario y, más en concreto, la suplantación de dominios. Otros medios británicos también lo están utilizando, como The Guardian o News UK.
Afecta sobre todo a sites premium, pues venden su inventario más caro.
La suplantación de dominios es un fraude bastante extendido en el ecosistema digital, que sobre todo afecta a los sitios premium, como el Financial Times, pues venden sus inventarios más caros. Básicamente, consiste en que los autores del ilícito logran engañar a anunciantes y agencias, que creen que están comprando publicidad en un medio reputado, cuando realmente lo hacen en webs que suplantan a la original.
Esta práctica es difícil de detectar, pues en los procesos de compra programática interviene un extensa cadena de proveedores, en los que reina la opacidad.
Ya el pasado mes de abril, se destapó otro escándalo similar, que afectó a más de 6.000 medios premium de Estados Unidos. En esa ocasión, el fraude se valoró en más de 5 millones de dólares al día. Solo el año pasado, el fraude publicitario en Internet ocasionó un deterioro de 6.500 millones de dólares en todo el mundo.
Perjuicio a medios y anunciantes
Esta práctica ilícita daña sobre todo a los medios que dependen más de la compra programática, en los que el deterioro económico podría ser mucho mayor que el detectado por el Financial Times. Y es que la mayoría de los ingresos de esta publicación proceden de acuerdos directos con anunciantes, y la programática solo aporta el 5% de la facturación.
Además de los medios defraudados, también los anunciantes pagan las consecuencias, pues sus anuncios aparecen en sitios fake, que dañan su reputación.