Outbrain recorta sus pagos a los medios españoles para mantener su margen
Los medios digitales están viviendo momentos complicados debido fundamentalmente al desplome del mercado publicitario desde que se desató la crisis del coronavirus en nuestro país.
Según IAB, la inversión publicitaria online se ha reducido un 35% entre los meses de febrero y mayo de este año en España. Para el cierre del ejercicio, se espera que la publicidad digital caiga un 6% este año en nuestro país, de acuerdo con las previsiones de IPG.
Este descenso se ha producido fundamentalmente por la cancelación de campañas durante lo más duro de la pandemia, con sectores intensivos en publicidad digital como el del automóvil, belleza o turismo muy golpeados por la crisis.
Además de ello, ha impactado de forma negativa el bloqueo publicitario de contenidos relacionados con el coronavirus, ya que muchos anunciantes decidieron incluir términos relacionados con la pandemia en las conocidas como listas negras, lo que ha lastrado los ingresos por programática de los medios.
Por si todo esto fuera poco, Outbrain, otra de las fuentes de ingresos importantes para los editores, ha decidido rebajar los pagos a los medios desde que dio inicio el estado de alarma.
Esta compañía tecnológica se ampara en una cláusula de sus contratos con los medios en la que estipula que si su margen se ve resentido, tiene el derecho de recortar los pagos efectuados a los medios. Según las fuentes consultadas por DIRCOMFIDENCIAL, los medios españoles que trabajan con Outbrain estarían padeciendo recortes en sus ingresos de hasta el 20% durante los últimos meses. Con esa rebaja, la compañía tecnológica conseguiría así mantener su margen de beneficio.
Outbrain anunció esta medida a los medios con los que trabaja a mediados de abril, pero la aplicado de forma retroactiva desde el día uno de ese mes.
Además de ello, esas mismas fuentes comentan que Outbrain se estaría retrasando bastante en los pagos a los medios. Situación que habría comenzado ya desde el verano pasado. Según los contratos, Outbrain debe liquidar los pagos a los medios hasta 30 días después de recibir las facturas mensuales correspondientes. Sin embargo, ese plazo se estaría retrasando hasta dos y tres meses, en algunos casos.
Estas prácticas estarían generando bastante malestar en muchos medios españoles con los que Outbrain viene trabajando. Este medio ha solicitado información adicional sobre estas cuestiones al departamento internacional de comunicación de la compañía tecnológica, sin obtener respuesta.
Fusión con Taboola
Outbrain es una compañía tecnológica fundada en el año 2006 que básicamente se dedica a servir publicidad nativa que coincide con el aspecto de los medios en el que aparece.
A finales del año pasado se anunció la compra de Outbrain por parte de Taboola, hasta ese momento su gran competidor. No obstante, la operación, valorada en 250 millones de dólares, todavía no está cerrada, a falta de que se pronuncie el organismo de competencia de Estados Unidos. También esta investigando esta fusión la entidad de control de la competencia de Reino Unido, donde ambas compañías tienen una cuota de mercado combinada superior al 80%.
Hasta anunciarse esta adquisición, Outbrain era la plataforma de recomendación de contenidos más fuerte en España, ya que trabajaba con los principales medios digitales de nuestro país. Pero, precisamente, tras el aterrizaje de Taboola en España, esta compañía le ha ido arañando cuota de mercado poco a poco, llegando a acuerdos con medios que antes eran socios de Outbrain, lo que ha deteriorado su situación en España.
Los ingresos derivados de Outbrain o Taboola para los medios digitales son relevantes. Estas compañías garantizan a las cabeceras unos pagos mínimos que pueden superar el millón de euros anuales, lo que representa una parte importante de sus cuentas de resultados.
De hecho, la fusión entre Outbrain y Taboola puede ser una mala noticia para los medios. Y es que ambas compañías competían entre sí ofreciendo garantizados más elevados a los medios. Ahora, con la posible unión de ambas empresas, los editores no se beneficiarían de la competencia feroz que había entre ellas por firmar con los editores.
