Reino Unido acusa a Google de irresponsabilidad por volver a permitir que los anunciantes rastreen a los usuarios
Desde mediados de febrero Google volverá a permitir el uso de la denominada huella digital, sobre todo para que los anunciantes identifiquen a usuarios en televisiones conectadas.
Ese anuncio ha provocado la respuesta crítica por parte de la Oficina del Comisionado de Información de Reino Unido (ICO) que tacha de «irresponsable» a la compañía al habilitar de nuevo un tipo de monitorización que los usuarios no pueden bloquear fácilmente.
El concepto de huella digital se refiere a la recopilación de señales de software o hardware de un dispositivo de acceso a internet, que en conjunto pueden identificar de manera única a ese aparato o al usuario que lo utiliza habitualmente.
Por tanto, es más complicada de detectar e impedir que las cookies de terceros que en Europa por ley deben solo pueden servirse si son aceptadas.
Este giro de Google supone un nuevo capítulo en la tensión inherente entre la capacidad de monetizar la web abierta y la privacidad que muchos usuarios aspiran a mantener mientras la navegan.
La nueva aproximación se sustancia en la generalización de las televisiones o consolas conectadas y las dificultades que presentan para que los anunciantes alcancen a las audiencias deseadas. Todo ello en un contexto de explosión comercial del streaming y los videojuegos.
El gigante tecnológico resucita la huella digital para permitir mejor planificación sobre televisiones o consolas conectadas.
Si bien el gigante tecnológico considera que de esta forma habilita para sus anunciantes «el éxito en plataformas emergentes sin comprometer la privacidad del usuario», el regulador británico de protección de datos no comparte su visión.
Cree que el rastro digital involuntario «no es un medio justo porque es probable que reduzca la elección y el control de las personas sobre cómo se recopila su información».
Google ha garantizado que mantendrá conversaciones con ICO de cara a refinar este cambio de política, que llega unos meses después de abandonar sus planes para retirar el soporte en Chrome a las cookies de terceros. En ese replanteamiento fallido de la segmentación publicitaria digital a gran escala también contó con la oposición inicial y la supervisión después de otro regulador británico como la Autoridad de Mercados y Competencia (CMA).