Accionistas de El Independiente reclaman explicaciones al equipo gestor por el rumbo errático
Las aguas bajas revueltas en el seno de El Independiente, uno de los últimos medios en incorporarse al ecosistema de la prensa digital en España. El periódico fundado por Casimiro García-Abadillo y Victoria Prego atraviesa uno de los momentos más delicados de su breve tiempo de vida tanto a nivel de gestión como accionarial.
Al goteo de salidas en la redacción iniciado a finales del año pasado se ha sumado en los últimos meses el descontento de una parte del accionariado, el cual lo componen, además de grandes accionistas, familiares y amigos del medio, así como los propios periodistas y fundadores.
El pasado mes de enero un grupo de socios, representante de más del 5% del capital social de Park Row Digital, la editora de El Independiente, emitió un requerimiento a Casimiro García-Abadillo en calidad de consejero delegado. En el escrito solicitaban la convocatoria de una Junta General Extraordinaria de accionistas con el fin de que éste rindiera cuentas sobre la situación actual de la compañía.
La documentación consultada por este medio da cuenta de la petición, requerida por medio de un burofax el 15 de enero, para la celebración en el plazo de dos meses de una Junta Extraordinaria. Sin embargo, el plazo de convocatoria expiró, por lo que la Junta no se ha celebrado. De hecho, las fuentes consultadas denuncian el silencio administrativo de los responsables de la editora como única respuesta. Desde El Independiente han declinado pronunciarse sobre esta información.
Este grupo de inversores proponía llevar como orden del día la supresión de la retribución de los miembros del Consejo de Administración de El Independiente. También planteaban reclamar explicaciones por las razones que han llevado a sus responsables a abandonar comScore, el medidor de audiencias de medios digitales, y su correspondiente impacto en los ingresos publicitarios.
En otro término, solicitaban información acerca de la reciente línea de crédito firmada con la banca, pese a que los pocos meses de arrancar el proyecto contaba con un capital social de 2,2 millones de euros, montante que dotaba a la sociedad de los recursos propios necesarios para afrontar sus primeros años.
Como consecuencia del punto anterior, también exigían un informe sobre el nuevo plan de negocio de la compañía. Y es que los bajos datos de facturación cosechados por El Independiente en los dos últimos ejercicios (2017 y 2018 se cerraron por debajo de lo previsto) han obligado a replantear la hoja de ruta.
Exigían un informe sobre el nuevo plan de negocio de la compañía, ya que los bajos datos de facturación han obligado a replantear la hoja de ruta.
Sin opciones ya de alcanzar la rentabilidad este 2019, tal y como se contemplaba en un primer momento, todavía no se ha fijado un nuevo plazo para el retorno de la inversión.
Como fuere, en estas circunstancias, los accionistas críticos dudan que los actuales responsables sean capaces de enderezar el rumbo de la editora, que cerró el 2018 con unas pérdidas por encima de los 700.000 euros, cuando la previsión apuntaba a unos números rojos por debajo del medio millón.
Por si fuera poco, de un tiempo a esta parte vuelve escucharse en el sector, esta vez con fuerza, el interés de la editora en encontrar un caballero blanco -editor o empresa periodística- dispuesto a cerrar un acuerdo con el medio. Ya sea integrándolo en su perímetro o por medio de una adquisición. Se trata, en fin, de una posibilidad que en El Independiente siempre han desmentido hasta la fecha.