«Entramos en una década decisiva para la libertad de prensa»

| 23 ABRIL 2020 | ACTUALIZADO: 23 ABRIL 2020 14:12

La pandemia del coronavirus ha vuelto a poner en el foco a capacidad de los medios para informar con rigor, transparencia e independencia. La edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF) muestra que la próxima década será decisiva para el futuro del periodismo, ya que existen múltiples crisis que amenazan al derecho a una información veraz.

Además de los problemas ya conocidos en la prensa, ahora se suma crisis sanitaria global provocada por el coronavirus. «Entramos en una década decisiva para el periodismo, debido a las crisis simultáneas que afectan al futuro de la prensa”, señala Christophe Deloire, secretario general de RSF. “La pandemia del coronavirus muestra factores negativos para el respeto del derecho a una información confiable; esta es, en sí misma, un factor multiplicador. ¿Qué será de la libertad, del pluralismo y de la credibilidad de la información de aquí al año 2030? La respuesta a esta pregunta está hoy en juego”, añadió.

Según el estudio, existe una clara correlación entre la represión de la libertad de prensa registrada durante la crisis del coronavirus y el lugar que ocupan los países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Por ejemplo, China (177º) e Irán (173º, -3), epicentros de la pandemia, establecieron dispositivos de censura masivos. En Irak (162º, -6) el gobierno suspendió la licencia de trabajo de la agencia de noticias Reuters durante tres meses, horas después de que esta publicase una nota que cuestionaba las cifras oficiales de casos de Covid-19. En Hungría (89º,-2) el primer ministro, Viktor Orbán, hizo que se aprobara una ley relativa al coronavirus que sanciona la difusión de noticias falsas con penas de hasta cinco años de prisión, una forma de coacción completamente desmesurada.

“Los gobiernos autoritarios ven en la crisis sanitaria la oportunidad de aplicar la famosa ‘doctrina del shock’: aprovechar la interrupción de la vida política, la consternación de la población y el debilitamiento de los movimientos sociales, para imponer medidas que sería imposible adoptar en condiciones normales”, denunció Christophe Deloire.

Una clasificación en la que los países del norte de Europa se hacen con los primeros puestos (España se encuentra en el puesto 29º). En 2020 Noruega conserva, por cuarto año consecutivo, el primer lugar, mientras que Finlandia se mantiene en la segunda posición. Dinamarca (3º, +2) se ubica ahora en el tercer lugar porque Suecia (4º, -1) y los Países Bajos (5º, -1) sufrieron un descenso debido al aumento de los casos de acoso a periodistas en internet. En el otro extremo de la clasificación hay pocos cambios respecto al año anterior. Corea del Norte (180º, -1) desciende a la última posición, ocupando el lugar de Turkmenistán, mientras que Eritrea (178º) sigue siendo el país peor calificado del continente africano.

Por regiones, Europa sigue siendo el continente mejor clasificado en cuestión de libertad de prensa, a pesar de las políticas represivas de algunos países de la Unión Europea y los Balcanes. En segundo lugar se encuentra  América del Norte y del Sur, pese a que Estados Unidos y Brasil, los dos pesos pesados de la región, han caído como referentes en libertad de prensa. En África, que se ubica en la tercera posición, se registraron importantes retrocesos por el aumento de las prolongadas detenciones arbitrarias de periodistas y por los ataques que estos sufren en internet. Pero la región que experimentó un mayor deterioro fue la de Asia-Pacífico (+1,7%).

Como en años anteriores, la región de Europa del Este-Asia Central conserva el penúltimo lugar, mientras que Oriente Medio-África del Norte sigue siendo la región donde resulta más peligroso para los periodistas ejercer su profesión. 

Situación de la prensa en el mundo. Fuente: Reporteros sin Fronteras.

Las distintas crisis del periodismo

El estudio hace un aparte con las crisis geopolíticas que provocan los gobiernos autoritarios, y las consecuencias que esto tiene en la libertad de prensa. Los regímenes autoritarios conservan su mala posición en la Clasificación. China (177º), que intenta imponer un “nuevo orden mundial de la información”, mantiene su modelo de hipercontrol de la información, y la crisis sanitaria provocada por el coronavirus demostró los efectos negativos que esto tiene en todo el mundo. Arabia Saudita (170º, +2) y Egipto (166º, -3) son las mayores prisiones del mundo para los periodistas. Por su parte, Rusia (149º) emplea medios cada vez más sofisticados para controlar la información en línea, mientras que India (142º, -2) impuso en Cachemira el apagón digital más largo de la historia. En Egipto, las autoridades bloquean páginas y sitios web informativos o suelen retirarle la acreditación de prensa a los reporteros con el pretexto de la difusión de “noticias falsas”.

Pero el periodismo también está notando las consecuencias de una crisis tecnológica. La falta de una regulación adecuada en la era de la comunicación digital y globalizada ha creado, según el informe, un caos de información. Propaganda, publicidad, rumores e información periodística compiten directamente. Esta creciente confusión de los contenidos comerciales, políticos y editoriales afecta a las garantías democráticas de la libertad de opinión y de expresión. Además, esta situación favorece que se adopten leyes peligrosas que permiten a los gobiernos una mayor represión de la prensa crítica e independiente.

Además, también se observa una crisis democrática, generada por la hostilidad hacia los periodistas, que no ha dejado de acentuarse. Por ello, en algunos países existe un grado de temor sin precedentes. Según la clasificación de Reporteros sin Fronteras, altos dirigentes políticos y sus seguidores continúan nutriendo abiertamente el odio a la prensa.

Por otra parte, existe una crisis de confianza hacia los medios de comunicación sospechosos de difundir “noticias contaminadas por información que no es digna de confianza”. Según la última encuesta mundial del Barómetro de Confianza Edelman, que examina el grado de confianza de la población en sus instituciones, el 57% de las personas consideran que el medio de comunicación que consultan como referencia puede difundir noticias falsas.

Como no podía ser de otra manera, también hay una crisis económica que está afectando al desarrollo de los medios de comunicación. La caída de las ventas y la disminución de los ingresos por publicidad, así como el aumento del coste de distribución y fabricación, relacionado con el del precio de las materias primas, han llevado a las redacciones a realizar cada vez más recortes de personal.

Por otro lado, la crisis económica ha acentuado el fenómeno de la concentración de la propiedad de los medios de comunicación y, por ende, los conflictos de intereses que amenazan al pluralismo y a la independencia de la prensa. Por ejemplo, Petr Kellner, el hombre más rico de la República Checa (40º), compró el grupo de medios de comunicación Central European Media Enterprises (CME), lo que suscita preocupación en varios países de Europa del Este, donde CME controla importantes canales de televisión.