La prensa escrita recoge velas en el papel: sólo El País y La Vanguardia difunden más de 100.000 ejemplares

| 27 FEBRERO 2017 | ACTUALIZADO: 27 FEBRERO 2017 0:10

Por mucho tiempo que haya pasado desde el primer augurio sobre el fin de la prensa en papel, nunca antes se había producido un descenso tan fuerte en los datos de las principales cabeceras de nuestro país. La transición del 2016 -año cariacontecido por nuevas reestructuraciones en las plantillas de editoras como Vocento y Unidad Editorial- al 2017 ha supuesto para los diarios impresos una caída libre sin precedentes tanto en las cifras de ventas al número como de difusión.

La Oficina para la Justificación de la Difusión (OJD) es desde hace unos años la responsable de atestiguar la crisis de la prensa de papel. Los últimos datos ofrecidos, correspondientes al mes de enero de este año, certifican un hundimiento generalizado -otro más- en las ventas al número y un retroceso destacado en la difusión, tras unos meses de relativa contención.

De entre los seis principales periódicos generalistas, únicamente El País (183.714) y La Vanguardia (112.650) mantienen un promedio de difusión por encima de la barrera de los 100.000 ejemplares. Lo hacen, eso sí, tras sufrir una merma interanual del 15% en el caso de la cabecera de Prisa y del 8% en la del Grupo Godó.

Esta situación se da tras un descenso del 17% en la difusión El Mundo, que en enero de este año ha perdido la barrera de los seis dígitos y se queda en los 97.465 ejemplares cuando hace un mes, en diciembre, lanzaba 108.500. Y se torna además incorregible, toda vez que la difusión del diario ABC, el cuarto en la clasificación, se sitúa ya en los 81.100 ejemplares tras caer un 22,9%, siempre según los datos de la OJD. Respecto a esta última tasa, cabe recordar que hace un año la cabecera de Vocento tomó la decisión de dejar de sacar su edición impresa en las Islas Baleares y Canarias por rentabilidad.

El Mundo ha perdido 10.000 ejemplares en apenas un mes y se sitúa en los 97.465

Por su parte, La Razón sube su difusión de un mes para otro en algo más de mil ejemplares, hasta los 78.400, aunque con respecto a enero de 2016 sufre un retroceso del 11,3%.

El hecho de que ahora sólo queden dos diarios que se resisten a perder el impacto y la influencia que da contar hoy en día con 100.000 ejemplares en los quioscos pone de relieve que el resto de las editoras han tomado la decisión de recoger velas en lo que al papel se refiere. Bien para centrar sus esfuerzos en la difusión ordinaria (aquella que incluye las suscripciones individuales y la venta en quiosco y que les reporta mayor rentabilidad) en detrimento de la difusión en bloque y colectiva, bien por su decisión de centrarse en la tan apelada transformación digital.

La evolución negativa en lo que a cifras de difusión se refiere ha sido una constante irrefrenable desde que la crisis se instaló en el sector, en 2008, pero en todo este tiempo siempre se habían hecho intentos por atenuarla o, por lo menos, se fijaban suelos psicológicos a los que afianzarse mientras fuera posible.

En los primeros años, cuando la tendencia se asociaba más a la caída de inversión publicitaria que al cambio de negocio, el listón se fijó en cotas muy altas, pero a medida que se ha ido cronificando la crisis se ha ido rebajando gradualmente. Así hasta la barrera de los 100.000 ejemplares, muy lejos de los más de medio millón de media que difundía el mercado hace años.