Los consumidores británicos duplican en un año su gasto en suscripciones engañosas o difíciles de cancelar
Más de 13 millones de ciudadanos de Reino Unido, el 26% de su población adulta, se suscribieron accidentalmente a algún servicio el año pasado y como resultado invirtieron en conjunto 688 millones de libras, más del doble respecto a los 306 millones detectados en 2022.
Los datos forman parte de una encuesta realizada a 3.000 personas por parte la organización sin ánimo de lucro Citizens Advice, que alerta de este enorme incremento e insta al Gobierno a tomar medidas en el proyecto de ley de Mercados Digitales, Competencia y Consumidor que está en trámite en el Parlamento.
El detalle de las respuestas deja tres casos típicos en los que los usuarios se encontraron pagando una suscripción indeseada y no utilizada en ámbitos tan diferentes como aplicaciones de ejercicios o servicios de envío de comida a domicilio. Por orden de prevalencia se trata de la renovación automática sin su consentimiento (40%), la conversión en normal un alta promocional por olvidar su cancelación (39%) y la suposición de haber realizado una compra única cuando han firmado un compromiso mensual (24%).
Sobre el caso más frecuente Citizen Advice apunta que prácticamente tres cuartas partes de los adultos británicos apoyan la prohibición de la renovación automática de una suscripción cuando el usuario que la paga no ha indicado de forma evidente que quiere mantenerla. La consejera delegada de la organización, Clare Moriarty, apunta igualmente que las compañías que dependen de que la gente se olvide de cancelar al final de un periodo de prueba mantienen “un modelo de negocio inaceptable que se aprovecha de consumidores ocupados y con problemas de liquidez”.
El año pasado gastaron hasta 688 millones de libras en pagos recurrentes a servicios que no usan, que creían de un solo pago o que no querían pagar en primera instancia.
Además subyace igualmente el problema de las dificultades para cancelar un servicio cuya contratación resultó muy sencilla, algo sobre lo que en principio la legislación en trámite va a poner el foco. Según declaró a The Guardian recientemente un portavo del departamento de Comercio, esa normativa “garantizará que los consumidores tengan información clara sobre los términos de las suscripciones y puedan salir fácilmente de las no deseadas, dándoles tranquilidad y un mayor control de su dinero”.
No está claro cuánto de ese dinero en altas indeseadas o no utilizadas se corresponde con la industria de los medios, pero ya en 2021 la compañía de optimización de suscripciones Piano reflejaba en la primera entrega de su informe Subscription Perfomance Benchmark Report que un 40% de quienes se dan de alta no regresa en un mes. Eso los convierte en bajas probables en el futuro, pero mientras tanto siguen abonando la cantidad mensual de rigor por un servicio que no utilizan.