Los operadores lusos se conjuran contra la venta de la filial de Prisa a Altice

| 29 SEPTIEMBRE 2017

Se le multiplican los frentes a los responsables de Prisa. Internamente, accionistas de mucho peso en el consejo se han negado en redondo a dar por buenos los 1.200 millones de euros que ofrece el Rhône Capital por Santillana, la principal unidad de negocio del grupo. De puertas para fuera, en Portugal, están aumentando las voces críticas que se declaran en contra de que prospere la venta de Media Capital a la francesa Altice.

El encargado de abrir la caja de Pandora fue el regulador luso de las telecomunicaciones (Anacom), tras emitir la semana pasada un informe a la Autoridad de Competencia en el que mostraba sus reservas acerca de las consecuencias derivadas de esta operación.

Concretamente, exponía que la operación de venta de la filial portuguesa de Prisa a manos de Altice ofrecía “barreras significativas a la competencia efectiva en los distintos mercados de comunicaciones electrónicas”.

Una vez abierta la veda por el regulador, algunos de los principales actores que operan en el mercado audiovisual luso han aprovechado la coyuntura para tomar partido en contra de este acuerdo. Todo, con el objetivo de intentar influir sobre la decisión de la entidad reguladora de los medios de comunicación (ERC), que deberá emitir en octubre su propio veredicto. Esta vez sí, de carácter vinculante. Sin embargo, por ahora este órgano ha reconocido mantenerse al margen de «batallas estériles» entre competidores.

Nos y Vodafone han calificado esta operación como «nefasta» para la «garantía del pluralismo».

Francisco Pedro Balsemão, director general de Impresa, propietario de numerosas cabeceras y de la red de televisión SIC, reconocía hace unos días su preocupación por la concentración que resultaría de esta operación. Haciéndose eco de las valoraciones del regulador, sostuvo que está en juego la «integración vertical completa de la cadena de valor», ya que la integración de estas dos compañías provocaría el que dentro de un mismo grupo se decidieran las «relaciones comerciales entre la producción de contenidos, el suministro mayorista de canales de televisión y de radio, la publicidad y la distribución del servicio de televisión «.

Esta no es la única voz discordante con los términos del acuerdo alcanzado entre Prisa y Altice. Nos y Vodafone han calificado esta operación como «nefasta» para la «garantía del pluralismo«. «Esta operación no puede ser aprobada, crea tantos problemas de pluralismo que no tengo ninguna duda de que la ERC y la Autoridad de la Competencia no pueden aprobarla ni con compromisos», ha aseverado Madalena Sutcliffe, la directora de regulación de Vodafone Portugal.

Por su parte, la directora jurídica de Nos, otra operadora de telecomunicaciones con gran relevancia en el país vecino, añade que, de permitir la venta de Media Capital a Altice, se estaría uniendo al «mayor operador de comunicaciones con el mayor operador en audiencias de televisión».

Tranquilidad en Media Capital

Entretanto, Rosa Cullel, CEO de Media Capital, se ha mostrado «tranquila» con respecto al futuro de la compañía. No le preocupa el dictamen de la ERC, que «tendrá que dar la respuesta que considera correcta». Esta equidistancia la abandonó al referirse a la «invasión» de sus competidores en este asunto.

Sea como fuere, las sospechas reconocidas por el Anacom no son gratuitas, ya que la operación entre Media Capital y Altice involucra, por un lado, a la cadena de televisión líder en audiencia y publicidad de Portugal (TVI), y por otro al operador de telecos con mayor cuota de mercado (MEO) y a algunos de los principales portales de información del país (Sapo e IOL).