Miguel Gracia: La ley más importante de lo que queda de legislatura

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Acabamos de entrar en el cuarto y último año ordinario de la XIV Legislatura. Quedan por tanto doce meses, seguramente algo menos, para celebrar elecciones a Cortes Generales. Van a ser unos meses de esprint parlamentario si se quieren aprobar determinadas leyes largamente prometidas pero que están atascadas por diferencias entre los dos socios de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos.

Este es el caso de la Ley de vivienda, la Ley de seguridad ciudadana, la Ley de bienestar animal o a Ley para la igualdad de las personas trans. ¿Cuáles de estas leyes serán priorizadas para ser aprobadas en esta legislatura? ¿Cuál es la ley más importante de lo que queda de legislatura?

Las respuestas podrán ser muy diferentes dependiendo de a quien se pregunte, pero mi respuesta es clara, y no es ninguna de las anteriores. La ley en marcha más importante de aprobar en estos doces meses, a mi modo de ver, es la Ley de transparencia e integridad en las actividades de los grupos de interés.

Quizá el nombre de esta norma no le suene tanto como las anteriores; quizá de hecho no le suene nada. Y es que esta regulación parte con desventaja. Todas las anteriores están ya en tramitación en el Congreso de los Diputados. La regulación de transparencia e integridad en las actividades de los grupos de interés, sin embargo, es todavía un anteproyecto que acaba de terminar su fase audiencia pública el pasado 5 de diciembre.

Es complicado, dados los plazos habituales, que esta normativa llegue a aprobarse esta legislatura. Tanto el Gobierno como el Congreso deberían darle un fuerte impulso para ello, creo que sería un error no hacerlo.

«La ley en marcha más importante de aprobar en estos doces meses, a mi modo de ver, es la Ley de transparencia e integridad en las actividades de los grupos de interés».

Aunque es una norma que solo se aplica a la Administración General del Estado aporta transparencia en la relación de los grupos de interés, más conocidos como lobbies, con las instituciones. También dota a esta actividad de seguridad jurídica y de unas normas de conducta comunes para todos los actores que quieran ejercerla. Además, mejora la rendición de cuentas de la Administración en el proceso de toma de decisiones. En definitiva, esta ley nos acerca a la regulación de los países más avanzados del mundo en la materia y mejora la calidad democrática de nuestro país.

La democracia moderna es un preciado logro que debemos cuidar. Si hace unos años pensábamos que los sistemas democráticos se defendían por sí mismos y que no era necesario trabajar por mantenerlos porque estaban garantizados, ahora tenemos la certeza de que esto no es así.

La democracia liberal, tal y como la conocemos en Europa y en España, está siendo frontalmente amenazada a nivel global. Regímenes autoritarios en el exterior que emergen como alternativa y ejemplo para muchos ciudadanos y fuerzas populistas en el interior que desgastan el sistema como caballo de Troya contribuyen a ello.

Fortalecer la calidad de nuestras democracias es una de las tareas colectivas más importantes que tenemos en la actualidad y temo que lo seguirá siendo en los próximos años. Cualquier norma que contribuya a ello debería ser considerada prioritaria. Una regulación como la ley de transparencia e integridad en las actividades de los grupos de interés, con sus posibles mejoras, adquiere ahora una mayor relevancia si cabe. ¿Será esta la ley más importante de lo que queda de legislatura?