Amobee ofrece 45 millones por Videology tras declararse en bancarrota

| 14 MAYO 2018 | ACTUALIZADO: 16 MAYO 2018 8:52

Finalmente, el desenlace de Videology ha sido el de declararse en bancarrota con el objetivo de ser adquirida por Amobee, que ha ofrecido 45 millones de dólares por ella.

La compañía tecnológica se ha visto abocada a esta situación tras reconocer una deuda superior a 100 millones de dólares y contar con unos activos de 85 millones de dólares. Uno de los mayores acreedores de Videology es GroupM, al que debe unos 35 millones. A su vez, el grupo de agencias de medios de WPP posee el 3% de las acciones de la firma.

El fundador y consejero delegado de Videology, Scott Ferber, ha dicho sobre esta operación que era la mejor vía a seguir para sus clientes, al tiempo que proporciona a la compañía estabilidad financiera para el futuro más inmediato.

Esta compañía especializada en publicidad de vídeo nació hace diez años y llegó a conseguir 200 millones de dólares de financiación (entre sus inversores está Comcast) y llegó a estar valorada en 2013 en más de 300 millones. Sin embargo, la reducción paulatina de sus ingresos provocó que entrara en crisis ya en 2016, ya que no funcionó su apuesta inicial de la publicidad televisiva se volvería más digital e impulsada por los datos.

Desde entonces ha acometido un par de procesos de reestructuración de su plantilla, que ha supuesto varias bajas. El primero de ellos afectó al 8% de su plantilla en todo el mundo, compuesta en ese momento por unos 400 empleados. Y a finales del año pasado sufrió un proceso similar, al tener que salir entre el 5% y el 6% de su fuerza laboral.

El deterioro llegó hasta tal punto que en la pasada Semana Santa la empresa tuvo que notificar a los publishers que no iban a ser capaces de servir las campañas contratadas, lo que hizo saltar las alarmas entre los receptores del mensaje. Y es que problemas financieros en su matriz de Estados Unidos impidieron momentáneamente a los equipos nacionales afrontar los pagos.

Como consecuencia de la evolución negativa del negocio, la compañía ha estado explorando en los últimos meses una serie de caminos a seguir para revertir la situación, entre los que estaría la recapitalización, la reestructuración y otras opciones estratégicas. Incluso, se pensó en llevar a cabo una maniobra conocida como “management buyout”, por la que la plantilla adquiriría los activos de la empresa y comenzaría a operar de forma independiente.

Pero al final, la decisión ha sido declararse en bancarrota y vender los activos a Amobee por 45 millones de dólares. La entidad compradora es la filial de tecnología publicitaria propiedad del gigante de Singapour de telecomunicaciones Singtel.