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Australia prepara medidas para hacer responsables a las plataformas del contenido abusivo que acojan

| 18 OCTUBRE 2021 | ACTUALIZADO: 18 OCTUBRE 2021 11:20

El Gobierno australiano está sopesando cómo echar abajo la idea de impunidad asociada a colocar cualquier contenido en internet. Su plan es establecer un nuevo marco legal que considere responsables a las redes sociales de eventuales publicaciones abusivas o difamatorias que puedan permitir, según ha confirmado en los últimos días Paul Fletcher, ministro de Comunicación.

Para ello ya está en marcha un proceso de consultas que tiene como objetivo definir qué clase de responsabilidades deberían asumir las compañías tecnológicas sobre esa clase de contenidos. Y eso a su vez conllevaría la reforma de las leyes que regulan la difamación, algo que está impulsando el fiscal general federal con conversaciones con sus contrapartes en los diferentes estados del país.

El primer ministro Scott Morrison resume la situación actual en que “las redes sociales se han convertido en un palacio de cobardes donde la gente puede ir sin decir quiénes son, destruir las vidas de otras personas y decirles las cosas más ofensivas con total impunidad”. Su razonamiento se basa en que, si esas plataformas no identifican a los autores de esos discursos, son en realidad editores. Y eso las colocaría como sujetos pasivos de la misma legislación sobre publicaciones difamatorias.

El siguiente paso del Gobierno australiano contra los gigantes tecnológicos pretende asimilarlos a editores y someterlos a las mismas normativas en cuanto a las publicaciones que contienen.

De hecho la reciente resolución de la Corte Suprema que considera a los medios responsables de los comentarios que acogen en sus páginas de Facebook en Australia ha profundizado en ese aspecto. Para evitar riesgos CNN ha bloqueado el acceso de los australianos a las suyas y la edición local de The Guardian ha deshabilitado comentarios en la mayoría de los contenidos que publica.

Este escenario vuelve a situar a Australia en la vanguardia de las decisiones controvertidas en torno a las plataformas sociales, lo que he llegado a generar roces diplomáticos con EEUU. Su reciente código de conducta ha forzado a los gigantes de internet a pagar a los medios por el uso de sus contenidos informativos y ese ejemplo está inspirando a los editores de otros países, como sucede con el caso de Canadá. Y además un reciente informe de la Comisión Australiana de Competición y Consumidores pone el foco en la posición predominante de Google en la publicidad digital.