Europa acusa a X de engañar a sus usuarios y denuncia poca transparencia en su negocio publicitario
Los resultados preliminares de la investigación abierta sobre la antigua Twitter el año pasado por parte de la Comisión Europea señalan que ha incumplido la directiva de Servicios Digitales (DSA) en hasta tres ámbitos: engaña a sus usuarios mediante patrones oscuros, no ofrece suficiente transparencia publicitaria y no facilita el acceso de investigadores independientes a sus datos.
El Ejecutivo comunitario acaba de hacer públicas esas conclusiones, firmadas por la vicepresidenta ejecutiva Margrethe Vestager como responsable de cuestiones digitales y competencia.
Si quedaran validadas tras el proceso que ahora se abre, podrían conllevar una multa de hasta el 6% de los ingresos anuales para X.
Uno de los asuntos en los que la compañía tendrá que ofrecer explicaciones satisfactorias es el uso de las insignias de verificación. La Comisión apunta que no se ajusta al estándar habitual en otras redes sociales, aunque Meta haya seguido sus pasos.
En la medida en que se puede pagar por obtenerlas, eso ha provocado que «actores maliciosos motivados» hayan abusado del sistema para engañar a los usuarios.
Ahí es donde el Gobierno comunitario encuentra patrones oscuros, una técnica de diseño de interacción basada en promover acciones, productos o servicios de forma interesada a partir de destacarlos o facilitarlos por encima de otras.
Esa escasa transparencia también se traslada a su negocio comercial, sobre el que aún no ha creado el repositorio de anuncios al que obliga la DSA, y el bloqueo del acceso a datos por parte de investigadores independientes.
Las conclusiones preliminares de la investigación de la Comisión Europea sobre la plataforma denuncian infracciones en tres ámbitos.
Ahora le corresponde ejercer su defensa a la plataforma de Elon Musk, que a su vez ha indicado en una publicación reciente en ella que se le ofreció «un trato secreto ilegal» para esquivar la sanción a cambio de «censurar discurso discretamente».
El magnate dice que otras compañías aceptaron ese presunto trato, pero no ha ofrecido ninguna prueba sobre ello.
La relación entre el propietario de la antigua Twitter y las autoridades comunitarias viene deteriorándose desde hace tiempo.
En noviembre del año pasado, la Comisión Europea decidió parar su planificación publicitaria en la plataforma por «riesgos de daño reputacional» vinculados a la desinformación por la que ya la amonestó semanas antes en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina. En septiembre ya la había calificado como la red social con mayor índice de información engañosa.