Facebook cambia sus términos de uso para poder eliminar o restringir contenido que conlleve riesgos regulatorios
El conflicto que están protagonizando Facebook y Google con el Gobierno australiano por el pago a medios a cambio del uso de su trabajo ya ha tenido repercusión en la normativa básica de la red social a nivel global. Bloomberg adelanta que la plataforma ha empezado a avisar a sus usuarios de EEUU de que a partir del 1 de octubre podrá retirar o restringir acciones sobre publicaciones “si determinamos que hacerlo es razonablemente necesario para evitar o mitigar impactos legales o regulatorios sobre Facebook”.
Campbell Brown, la cara visible de la empresa en negociaciones con los medios, ya había contado a Axios que en los próximos meses los equipos de producto e ingeniería desarrollarán sistemas que permitan la restricción de publicaciones para evitar problemas legales. Eso capacitará a Facebook para impedir en bloque que usuarios de países concretos puedan colgar contenido determinado. En el caso concreto de Australia eso significaría que la plataforma evitará el pago a medios por el uso de su contenido atajando de raíz su publicación por parte de cualquier individuo registrado, así como por parte de los propios editores.
Esa funcionalidad permitiría a Facebook afrontar casos similares en otras partes del mundo con una posición negociadora mucho más dura con los medios. La Directiva de Copyright de la Unión Europea aprobada el año pasado promueve que los países impongan a las plataformas un esquema legal de pago de contenidos a los medios, y hasta ahora es el Gobierno francés el que lidera los movimientos en ese aspecto.
Pero esa es solo una perspectiva del cambio, ya que un sistema de este tipo permitiría igualmente que Facebook se adapte a las disparidades legales o culturales de cada país en torno a libertad de expresión. Si hasta la fecha muchos de los problemas para la red sociales han llegado por poca diligencia en la detección y eliminación de contenidos punibles, este esquema supondría un paso más.
Sobre el papel introduce un elemento de conveniencia para la plataforma que podría ser interpretado como censura en algunos casos. Y que por ejemplo podría facilitar la entrada de Facebook en China, un mercado en el que nunca ha podido penetrar por no satisfacer el control deseado por su Gobierno.