Primeros efectos del Código de Conducta sobre el uso de ‘influencers’ en la publicidad

| 23 SEPTIEMBRE 2021 | ACTUALIZADO: 24 SEPTIEMBRE 2021 8:59

Tenían un margen de tres meses desde su entrada en vigor y ya ha terminado. Desde la pasada primavera el Código de conducta sobre el uso de influencers en la publicidad marca las reglas del juego de este sector en las redes sociales y los ‘posts’ de sus protagonistas, los cuales todavía parecen estar aprendiendo a ponerlas en práctica.

Fue en 2020 cuando, tras mucho tiempo observando la actividad publicitaria ‘irregular’ por parte de los influencers en redes como Instagram, la asociación dedicada a la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) y la Asociación Española de Anunciantes (AEA) elaboraron estas normas para poner orden al caos.

A raíz de su llegada, muchos han sido los cambios que los perfiles han debido poner en práctica a la hora de anunciar un producto a través de stories o post para no ser sancionados. Sin embargo, tal y como han analizado desde el bufete de abogados Gómez-Acebo & Pombo (GA_P), ya han sido varias las resoluciones que ha llevado a cabo Autocontrol sobre diferentes polémicas en la mencionada plataforma.

A través de diferentes casos como el de la periodista Carolina Denia (clipset), la presentadora de televisión Sandra Barneda o la influencer Paulinaeriksson, desde la asesoría se ha elaborado un balance de los primeros efectos y las principales equivocaciones de esta primera etapa de la norma.

Una de las principales conclusiones extraídas es que incluir el hashtag #ad no es siempre suficiente. Concretamente no lo es cuando se diluye o se disimula entre otras frases, hashtags o indicaciones tratando de disimular que se trata de una promoción.

Precisamente sobre este aspecto hay una clara indicación que obliga a que esta señalización se sitúe junto al título de la fotografía o al inicio del mensaje y precisamente, también, este es uno de los errores más repetidos entre aquellos dedicados a la creación de contenido en redes.

Por otra parte, se ha percibido como muchos influencers crean confusión entre sus seguidores a la hora de recomendar un producto ya que es difícil diferenciar si se trata de una colaboración pagada o simplemente una reseña positiva y una opinión personal sobre algo que les gusta. En este sentido, el código destaca que no sirve simplemente mencionar a una marca.

Incluir el hashtag #ad no es siempre suficiente. Concretamente no lo es cuando se diluye o se disimula entre otras frases, hashtags o indicaciones

Otra de las confusiones que indican desde el bufete reside en el término ‘remunerado’, y es que mientras que para unos la remuneración es un dinero efectivo, para otros lo es el simple hecho de que le regalen el producto, por lo que hay una línea invisible y cierta laguna a la hora de determinar si se trata de una publicidad pagada o no.

En último lugar, se ha querido hacer énfasis en el peligro que conlleva determinada publicidad, en este caso haciendo referencia a la que incita al juego y las apuestas deportivas.

Al tratarse de un sector ya regulado hay determinadas franjas rojas que no se deberían traspasar en ningún caso, como inducir al público a pensar que las apuestas se ganan con facilidad, hacer promoción sin advertencia de sus peligros o hablar del tema a través de las redes aparentemente “de forma improvisada”. Sobre este último caso se llevaron a cabo varias denuncias a ex participantes de realities españoles que hacían alarde de su buena fortuna en el mundo de las apuestas e incitaban a sus seguidores -en su mayor parte jóvenes- a introducirse en este sector.