Twitter se tambalea en bolsa ante el temor de una deserción de usuarios conservadores por el veto a Trump

El primer día hábil en bolsa tras el anuncio de la suspensión definitiva de la cuenta de Donald Trump en Twitter dejó un retroceso del 9,5% en el valor de sus acciones. Y el siguiente reflejó otra caída superior al 2%. Tras estos movimientos se puede deducir en parte el miedo a que la plataforma pierda usuarios conservadores de EEUU, el mercado publicitario más rentable de la compañía y responsable de más de la mitad de sus ingresos.

La penalización bursátil recuerda una vez más que Twitter es tradicionalmente más auditada por la evolución del número de usuarios que por sus cifras de negocio. El mercado da por hecho que su capacidad de segmentación es muy baja respecto a la que tiene Facebook, de modo que resulta más relevante el eventual aumento de su masa crítica de impactos comerciales. Y además el último trimestre fue decepcionante en cuanto a la llegada de nuevos tuiteros.

En ese aspecto la cancelación de la cuenta de Trump introduce una incertidumbre inédita en el servicio. El presidente en funciones de EEUU acumulaba en ella en torno a 88 millones de seguidores, lo que la convertía en la sexta más popular de Twitter. Ahora queda por ver cuántos de ellos pueden abandonarla en ausencia del catalizador que les había llevado a registrarse o les mantenía pendientes de su actividad. Eso es algo que solo se podrá ver en abril o mayo, cuando Twitter presente los resultados correspondientes al primer trimestre de este año, si es que antes no ofrece alguna información al respecto.

Cualquier variación a la baja en la masa de usuarios de EEUU es problemática para Twitter porque es con diferencia su mercado publicitario más rentable. En los últimos resultados presentados hasta la fecha, esos ingresos supusieron el 86% del total. De ellos el 53% procedía de su mercado doméstico, compuesto por menos del 20% de sus usuarios. El 80% restante genera menos de la mitad de su facturación comercial.

En todo caso hay una lectura totalmente contraria, que es la de que quizás más anunciantes quieran invertir en este entorno si tienen la percepción de que ahora tienen mayor seguridad de marca, ya sin que el usuario más popular de los últimos años protagonice controversias o promueva campañas problemáticas. Tampoco está claro si su bloqueo animará al registro a usuarios potenciales que no habían querido entrar hasta la fecha en la plataforma o cuál puede ser la contribución en ese aspecto de la elección de Joe Biden con Kamala Harris como vicepresidenta.

Lo que sí parece evidente es que el veto del presidente en funciones ha impactado de forma negativa más en Twitter que en otras plataformas que hicieron lo mismo. Facebook apenas ha encadenado dos caídas de en torno a un 2%, mientras que Snapchat subió cerca de un 10% y sumo casi otro 4% al día siguiente. Trump era especialmente conocido por sus tuits, así que su caída del servicio en parte tendrá como consecuencia la reducción de la exposición de Twitter en medios.

El primer día hábil en bolsa tras el anuncio de la suspensión definitiva de la cuenta de Donald Trump en Twitter dejó un retroceso del 9,5% en el valor de sus acciones.

Otra de las incógnitas que plantea esta situación es el eventual destino de quienes decidan marcharse de esas plataformas. Parler recibió muchos nuevos usuarios en cuanto se conoció el bloqueo de la actividad de Trump en plataformas mayoritarias, pero desde entonces ha sido retirada de la tienda de aplicaciones de Google y Apple, y Amazon dejó de ofrecerle espacio de alojamiento. Eso explica su inactividad durante algunos días, a la espera de encontrar una alternativa.

Gab es otro de los entornos de los que se hablaba como posible receptor de usuarios descontentos Twitter. Nació en 2016 como posible alternativa a esa plataforma, pero nunca llegó a despegar. Ahora que Parler no funciona podría catalizar el posible éxodo de conservadores. Este escenario también coincide con un incremento notable en descargas de Signal y Telegram, dos aplicaciones de mensajería muy centradas en la privacidad y en la difusión segura. Pero también es cierto que en este caso la vinculación parece más clara con el aviso de WhatsApp a sus usuarios respecto al permiso necesario para compartir su información con Facebook, así como con el consejo de Elon Musk de usar la primera de ellas.