OTT Plataformas streaming

En un año los principales servicios de streaming se han encarecido de promedio casi un 25% en EEUU

| 16 AGOSTO 2023 | ACTUALIZADO: 19 AGOSTO 2023 10:26

Las subidas de precio de las grandes plataformas de vídeo bajo demanda en su mercado doméstico han elevado su coste prácticamente una cuarta parte en apenas un año, según un análisis realizado por The Wall Street Journal. La oleada de incrementos viene encabezada por Disney, que acaba de elevar tarifas en EEUU para Disney+ y Hulu por segunda vez desde otoño, en una tendencia que busca reducir las enormes pérdidas que esos servicios causan a sus matrices.

Esta nueva fase de la guerra de las plataformas pondrá a prueba la fidelidad de los clientes actuales y la capacidad de atraer nuevos. Hasta no hace mucho, ambos aspectos venían impulsados, entre otras cosas, por costes de suscripción relativamente bajos que ahora se van trasladando a las versiones con publicidad. Esa última palanca es especialmente interesante para que esas compañías capten a los clientes más sensibles al precio, ya que ofrece la posibilidad de escalar ingresos con mayor velocidad a través de la llegada creciente de planificación.

Así lo ha demostrado Netflix al eliminar su plan más barato sin anuncios porque le resulta más rentable dirigir a los usuarios al que sí muestra publicidad. Y también se puede ver en los últimos resultados de Disney, en los que se aprecia que su principal plataforma de streaming ha perdido 300.000 clientes en EEUU y Canadá, pero la aportación de los anuncios ha contribuido a que el ingreso medio por usuario doméstico pasara de 7,14 a 7,31 dólares.

El consejero delegado Bob Iger reconoció ante analistas en la presentación de resultados que su estrategia de tarifas pasa por “migrar más suscripciones al nivel respaldado por anunciantes”, que a finales de año ya absorbía en torno al 40% de las nuevas altas. Y eso se sustancia en que en apenas cuatro años habrá duplicado el coste de la versión sin anuncios de Disney+, que en su lanzamiento en 2019 costaba 6,99 dólares y en unas semanas pasará a los 13,99. Todo ello con el objetivo de reducir la abultada factura del streaming en plena reestructuración de la empresa.

Tanto en el caso de Disney como en el de otros competidores, el retoque al alza de las cuotas en las modalidades sin publicidad ahora hace que prácticamente cuesten el doble respecto a las que sí incluyen anuncios. Esa diferencia está destinada a que las últimas absorban precisamente más clientes preocupados por el coste y predispuestos a ver publicidad para aminorarlo, lo que, por otro lado, acercará su experiencia a la de la televisión tradicional.

A falta de comprobar con mayor perspectiva la elasticidad de la demanda de todos esos servicios con precios más altos, el streaming en general vive un periodo de expansión entre los estadounidenses. De hecho, en julio la medición que Nielsen realiza desde hace algo más de dos años le otorgó un nuevo récord de casi el 39% de todo el tiempo de consumo de televisión, un hito que se corresponde con la primera caída por debajo del 50% de las emisiones tradicionales en línea. Esto supone para la industria del vídeo bajo demanda el tercer mes consecutivo con nuevo techo histórico en su mercado doméstico.