Meta afronta el nuevo ciclo de Trump con un responsable de asuntos públicos republicano
Joel Kaplan es el nuevo nombre clave que tendrá que lograr la relación más fluida posible de Meta con Donald Trump durante su segundo mandato. Acaba de ser nombrado presidente del equipo de Asuntos Globales de la compañía en sustitución de Nick Clegg, que había venido desarrollando esas tareas desde 2018 y que anunció su dimisión indicando que Kaplan es «claramente la persona adecuada para el trabajo apropiado en el momento oportuno».
Este movimiento se produce a pocos días de que el nuevo presidente asuma el cargo y da continuidad a una secuencia de gestos del consejero delegado Mark Zuckeberg para congraciarse con Trump. Entre ellos, una comida en noviembre en la residencia del magnate en Mar-a-Lago o una donación de un millón de dólares al fondo inaugural del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Otros actores destacados del sector tecnológico como Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, o el fundador de Amazon Jeff Bezos también contribuyen a esa recaudación que tradicionalmente ayuda a financiar la ceremonia de toma de posesión del nuevo presidente y eventos asociados. En todos esos casos se atribuyen las donaciones al interés por mantener buenas relaciones con la Administración entrante y ganar su favor en situaciones determinadas.
Eso explicaría la promoción de Kaplan, que ejerció como asesor de George W. Bush en la campaña que le llevó a ganar las elecciones de 2000. Entre 2001 y 2003 desempeñó el rol de ayudante especial para el presidente sobre políticas públicas y posteriormente fue nombrado director ajunto de la oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Administración. En 2006 regresó a la Casa Blanca como responsable adjunto del gabinete para políticas públicas hasta el final de segundo ciclo presidencial de Bush en 2009.
Esas credenciales le garantizan buenas conexiones con los republicanos en un momento en el que Meta necesita recomponer su relación con el partido en general y con Trump en particular. El bloqueo de sus perfiles en sus redes sociales como consecuencia de su actitud tras asalto al Capitolio de 2021 o la moderación de contenidos percibida como censura del discurso conservador fracturaron una relación que llegó a ser estrecha.
Tanto como para que el mismo Zuckerberg alertara al entonces presidente del peligro que suponía TikTok, y este intentara bloquearla en EEUU. Desde entonces la posición de Trump ha cambiado completamente, entre otras cosas porque considera que impedir la actividad de la plataforma china favorecería a Meta.
De hecho el magnate acaba de pedir al Tribunal Supremo que le garantice tiempo para encontrar una solución que permita «salvarla», ya como presidente, del bloqueo al que la conduce el final del plazo previsto por la ley aprobada por Joe Biden. Esa cuenta atrás concluye justo un día antes de que tome posesión de su cargo y lo previsible es que el nuevo responsable de políticas públicas de Meta intente hacerle cambiar de idea.