Así se financia la televisión pública en Europa

La televisión pública es siempre un tema de continuo debate tanto en la esfera política como en la de la sociedad. El aspecto que mayores problemas genera es el modelo de financiación que debe seguir la televisión para que no tenga efectos sobre la independencia de la cadena y sus profesionales.

Con la vista puesta en las próximas elecciones generales, varios de los candidatos a la presidencia del Gobierno han convertido el debate sobre el modelo de televisión pública en un asunto de importancia electoral.

Para Pablo Iglesias, candidato de Podemos, el modelo que pretende aplicar es un sistema mixto, basado en que una parte de los ingresos se obtengan da la subvención directa del Estado y el otro porcentaje lo haga a través de la publicidad. Para Iglesias, la implantación de un canon no se baraja al considerarlo “regresivo e inoportuno”.

Dado que el grupo RTVE supone anualmente un gran esfuerzo para las arcas públicas, el debate que se está generando sobre el modelo de televisión y el tipo de financiación es cada vez mayor. Con el fin de poder aclarara la situación es necesario analizar los diferentes modelos de financiación que se dan en los países, con televisiones públicas, más importantes del mundo.

El modelo británico

La televisión pública del Reino Unido siempre se ha considerado por sus homólogas europeas como una de las que mejor definen lo que debería ser la televisión pública. Desde que comenzó a emitir en 1922 la BBC se ha considerado como una de las cadenas de televisión, tanto públicas como privadas, con contenidos de mayor calidad del mundo.

El modelo de financiación que utiliza se basa en el pago de un canon anual por parte de cada ciudadano del Reino Unido, que posea un equipamiento capaz de reproducir o grabar contenidos. El precio a pagar es de unas 145 libras al año, lo que se traduce en que cada ciudadano que cumpla esos condicionamientos, que en esencia son todos, cada ciudadano contribuye con 11 libras al año al mantenimiento de su televisión.

El sistema tiene gran aceptación pues la inversión se ve respaldada por una televisión de calidad con programas de muy variados contenidos, proporcionando a sus espectadores cualquier tipo de contenido que quieran consumir.
Asimismo, existe otra vía de financiación complementaria. La cadena obtiene capitales a través de sus filiales y canales internacionales, además de la venta de libros, programas y formatos, y el alquiler de estudios a otras cadenas.

El modelo francés

La televisión pública francesa sigue un modelo mixto, aunque sigue la pauta marcada por la BBC. Tras la aprobación de la progresiva eliminación de la publicidad, la televisión francesa aplicó este nuevo modelo mixto que se basa en tres fuentes: la vía con más peso económico es el cobro de un canon a los ciudadanos franceses por un valor aproximado de 120 al año; la segunda vía se basa en el cobro de una tasa del 0,9% a las grandes empresas de telecomunicaciones; y la tercera, es la cesión por parte de las cadena privadas de un porcentaje de sus ingresos publicitarios.

Este sistema ha generado problemas tanto a nivel nacional como a nivel europeo. Los trabajadores de la cadena pública se quejaron en su momento de los efectos de esta nueva política pues consideraban que le restaba independencia al depender más del Estado de lo que lo hacían con anterioridad.

A nivel europeo también fue conflictivo, en especial con el cobro de la tasa a la telecos. De hecho, la Comisión Europea consideró que no era compatible con la normativa europea, por lo que recurrió la aprobación de la tasa ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que finalmente falló a favor del gobierno francés.

El modelo italiano

El caso italiano es un tanto complejo, pues se ha acusado a la televisión púbica de no ser imparcial, además de emitir contenidos de baja calidad. El modelo que utiliza puede definirse también como mixto, pero en este caso las dos vías de financiación son: el pago del canon de los residentes en Italia y los ingresos por publicidad.

El pago del canon de unos 108 euros anuales, a diferencia de otras televisiones, representa poco más del 50% de los ingresos anuales, lo que deja la vía publicitaria representando una gran parte de los ingresos de la cadena, pese a que el tiempo total para espacios publicitarios está limitado al 4%. Además, el Estado subvenciona alrededor de un 4% del presupuesto de la cadena.

El modelo alemán

El sistema alemán para la financiación de la televisión pública, también compagina varios métodos que se utilizan en el resto de Europa. La mayor fuente de ingresos está basada en el pago de un canon por parte de cada hogar del país, el precio aproximado es de 200 euros al año, lo que significa que cada hogar aportará una cuantía aproximada de 18 euros al año.

La otra vía de ingresos es la publicidad, que representa alrededor de un 20%. Las leyes audiovisuales en el país germano limitan considerablemente la emisión de la publicidad en los canales públicos. Por ejemplo, la franja horaria de máxima audiencia tiene una protección especial, y solamente se permite la publicidad que patrocina programas o películas.

El modelo portugués

La televisión en Portugal también utiliza un modelo de financiación múltiple, que proviene de tres vías distintas, las aportaciones directas del Estados portugués, los ingresos publicitarios de la cadena y un impuesto sobre la factura de la luz denominado tasa de contribución audiovisual.

Del mismo modo que muchas de las televisiones públicas europeas, la RTP tiene limitaciones en la emisión de la publicidad. El primer canal, RTP1, tiene la capacidad de competir con el resto de cadenas del mercado por su porción de la tarta publicitaria, pero por ejemplo, el canal RTP2 tiene prohibida la emisión de cualquier contenido publicitario.

El peculiar caso estadounidense

Aunque no forme parte de Europa, merece la pena detenerse en el caso de Estados Unidos. Y es que en aquel país la televisión pública es bastante peculiar. La PBS (Public Broadcasting Service) esta formada por diferentes televisiones, se parece a una red de televisiones más que a un grupo al estilo europeo. Cuenta con 169 operadores de licencias educacionales no comerciales, de estas 86 son de organizaciones comunitarias, 57 de colegios o Universidades, 20 de autoridades estatales y 6 de autoridades locales.

El modelo de financiación también es diferente de los utilizados en Europa. El Gobierno Federal aporta una cantidad anual para cubrir un porcentaje muy pequeño del presupuesto, no suele sobrepasar el 15%, por lo que la cadena debe encontrar el resto de la financiación por otros medios.

El mayor porcentaje de ingresos provienen de las estaciones afiliadas con la compra de los programas y las series a la sede central, pero también se obtiene una gran cantidad de ingresos mediante donaciones de carácter privado y telemaratones. La gran variedad de fuentes de ingresos hace difícil concretar cantidades y porcentajes sobre el total anual.