
La facturación de CNN se ha desplomado en 400 millones de dólares en tres años
Una demanda por difamación perdida por parte de CNN ha desembocado en la estimación de un lucro cesante de 400 millones de dólares entre 2021 y 2023, equivalente al 18% de caída desde los 2.200 millones facturados en el primero de esos años a los 1.800 del último. En ese mismo rango los beneficios fueron de 424 y 600 millones de dólares, respectivamente.
Todas esas cifras componen una radiografía poco habitual de las cuentas de la emisora, que ha emprendido recientemente una estrategia para conseguir lectores de pago en digital en ese contexto de dificultades para su negocio principal. Proceden de los cálculos realizados por el economista forente Robert W. Johnson, que a petición del ganador del caso analizó documentación relativa a pago de impuestos de CNN para ayudar a determinar los daños punitivos a pagar.
Las diapositivas que contienen esos datos fueron a parar a manos del periodista de Fox News Joseph Wulshun, que las publicó en X. El autor de las estimaciones declaró como testigo para explicarlas y en su intervención indicó que los ingresos y no las cantidades vinculadas a los diferentes tipos de beneficios son los que debían usarse como referencia a la hora de fijar la cantidad que debía recibir el demandante.
El caso perdido por CNN que ha derivado en esta situación es el de un proceso judicial por difamación iniciado por el veterano de la Marina Zachary Young. El origen del caso se remonta a una información de noviembre de 2021 por la que se sintió menospreciado públicamente, y más de tres años después un jurado le ha dado la razón.
Tras recibir el fallo favorable quedaba una segunda fase del proceso, la que debía determinar el importe de los daños punitivos que le tenía que abonar la cadena televisiva. La cantidad quedó establecida en 5 millones de dólares.
Además de las cifras citadas, Johnson estimó igualmente que el patrimonio neto de CNN había pasado de 4.400 millones de dólares en 2021 a 2.300 millones en 2023, un claro indicativo del deterioro de sus cuentas en los últimos tiempos. Ese contexto explica la reducción de plantilla en unas 100 personas en julio del año pasado y la contratación en septiembre de 2023 de Mark Thompson, antiguo consejero delegado de The New York Times bajo cuyo mandato se disparó su negocio de suscripciones.
Su llegada ha dado estabilidad a la emisora tras casi dos años de polémicas internas, en plena debacle de audiencia después de que Donald Trump perdiera las elecciones de 2020. Ahora está por ver que su retorno mejore las cifras de la cadena.